Los termómetros políticos en España no dan tregua.
Y eso que ya se está a nada de llegar al otoño, pero la posibilidad de un adelanto electoral está calentando el ambiente.
La encuesta de DYM para el diario ’20 Minutos’ deja una tendencia clara: el Partido Popular de Alberto Núñez Feijóo se mantiene como primera fuerza con un umbral de escaños que sobrepasa los 150 y podría llegar hasta los 154.
En paralelo, Pedro Sánchez ve cómo su colchón electoral se desinfla (109-113 escaños), y Santiago Abascal consolida a VOX como fuerza determinante en cualquier aritmética de gobierno con un botín de 42-44 parlamentarios.
Los datos del último barómetro DYM para 20 Minutos confirman que el PP seguiría ganando las elecciones y podría gobernar cómodamente con VOX.
El PSOE, tras el agobio del ‘caso Cerdán’ y varios sobresaltos judiciales, recupera algo de aire pero igual es un pico para acabar después sumido en un valle demoscópico.
PP: liderazgo consolidado pero sin margen para la siesta
La encuesta DYM sitúa al PP con un 35,9% de intención de voto, frente al 28,7% del PSOE —una diferencia que se ha reducido respecto a meses anteriores—. Otras proyecciones recientes (NC Report) refuerzan este panorama: Feijóo podría alcanzar entre 154 y 158 diputados, muy por delante del PSOE (105-109), pero quedaría lejos de la mayoría absoluta sin el apoyo explícito de VOX.
El PP, a pesar de que alguna encuesta le daba el mismo resultado que en las elecciones del 23 de julio de 2023, mantiene una fidelidad altísima entre sus votantes (más del 88% repetiría papeleta). Pero las fugas hacia VOX se estiman ya en cerca de 900.000 votantes, lo que obliga al equipo popular a hilar fino en la estrategia de pactos y mensajes.
VOX y su motor electoral
Si algún partido sabe sacar partido del ambiente crispado es VOX.
El estudio DYM les otorga un 12,3% del voto (casi idéntico al resultado de las últimas generales), aunque otras encuestas elevan esa cifra hasta el 14% o incluso al 20% en regiones como Valencia. Abascal no solo mantiene una lealtad férrea entre sus bases (más del 84% repetiría voto), sino que capitaliza el desencanto tanto con el PSOE como con el propio PP.
Este ascenso convierte a Abascal en el socio necesario —y exigente— para cualquier gobierno alternativo a Sánchez. La competencia interna en la derecha multiplica opciones más que resta apoyos.
PSOE: respiración asistida tras el caso Cerdán
Tras meses de sobresaltos judiciales y escándalos internos —con especial mención al ‘caso Cerdán’— Pedro Sánchez logra estabilizar a los socialistas cerca del 28% en intención de voto. No obstante, permanece tres puntos por debajo del resultado obtenido en julio de 2023 y lejos de disputar la primera plaza al PP. Los intentos del Gobierno por tomar medidas internacionales (como sanciones a Israel) generan división interna e incluso rechazo entre parte del electorado progresista.
La división entre Sumar y Podemos continúa siendo un lastre insalvable. El espacio alternativo suma apenas un 11% entre ambas marcas según DYM; muy lejos del potencial necesario para reeditar pactos progresistas estables.
Podemos y Sumar: «no a todo» y efecto desmovilizador
La izquierda alternativa atraviesa un momento delicado. El “no a todo” protagonizado por Podemos genera inquietud tanto en Moncloa como entre sus propios simpatizantes.
Sumar apenas retiene al 29% de su electorado; un tercio opta ya por Podemos y otro segmento regresa al PSOE. Las tensiones internas impiden cualquier estrategia coordinada frente al bloque conservador.
El ambiente político es tan tenso que incluso desde sectores afines al Gobierno se reconoce una presión constante para adelantar comicios. La pérdida sostenida de apoyos parlamentarios, sumada al desgaste mediático por casos judiciales y pactos fallidos con socios minoritarios, alimenta rumores sobre posibles movimientos estratégicos antes del final natural de legislatura.
