La secretaria general del PP, María Dolores de Cospedal, ha asegurado hoy que el acto de apoyo al juez Baltasar Garzón convocado por UGT y CCOO es «un atentado clarísimo contra la democracia y el estado de derecho» porque se trata de un intento de «presionar y coaccionar» al poder judicial.
En declaraciones a Telemadrid recogidas por Efe, De Cospedal se ha referido así al acto convocado por los sindicatos mayoritarios en la Facultad de Medicina de la Universidad Complutense de Madrid para apoyar a Garzón en el proceso abierto por el Tribunal Supremo al juez, acusado de prevaricación por declararse competente para investigar el franquismo.
«Es una barbaridad que desde el mundo sindical se esté intentando presionar a un juez, en este caso al juez Varela, que está ejerciendo su magistratura de acuerdo con la ley, y que se intente obligar a un juez a adoptar una determinada resolución o la contraria. Creo que es un atentado clarísimo contra la democracia», ha aseverado.
La secretaria general del PP ha añadido que, si estuviera afiliada a un sindicato, para ella «sería una vergüenza» que sus representantes «se dedicaran a actuar contra la democracia de una manera tan disparatada».
Se ha referido a los apoyos al juez de la Audiencia Nacional por parte de miembros del Gobierno y ha asegurado que es «una barbaridad» y de una «irresponsabilidad absolutamente indescriptible» poner «en tela de juicio» la Transición democrática española «para tratar de que Garzón esté por encima de la ley».
De Cospedal ha considerado que el Consejo General del Poder Judicial está actuando «de manera correcta» en este caso, aunque se ha mostrado partidaria de revisar el sistema de elección de jueces para dotar a esta institución «de mayor transparencia e independencia».
En ese sentido, ha dicho que le «espeluzna» oír hablar de jueces progresistas y conservadores ya que, por definición, un juez «tiene que ser apolítico» y «no puede estar vinculado» a ningún partido.
De Cospedal se ha referido asimismo al diálogo de los agentes sociales sobre la reforma laboral, ha asegurado que no iba a pronunciarse sobre los últimos avances «para no entorpecer las negociaciones», y ha confiado en que los sindicatos «de verdad se comporten y hagan lo que tienen que hacer: defender a los que temen perder su puesto de trabajo y los parados.
