La portavoz de ICV, Laia Ortiz, ha calificado este viernes a la líder del PP catalán, Alícia Sánchez Camacho, de «aprendiz de Le Pen» –en relación al ex dirigente del Frente Nacional francés, Jean-Marie Le Pen–, y le ha acusado de fomentar el racismo en Cataluña utilizando electoralmente la inmigración.
«Camacho hoy se ha quitado la careta de pseudoliberal. Ya no puede engañar a nadie. El PP expresa la carroña, expresa jugar con los derechos de la gente, y expresa el fomentar el odio entre los ciudadanos de Cataluña para sacar votos», ha añadido sobre la visita de Camacho a barrios con rumanos en Badalona acompañada por la eurodiputada francesa Marie Therese Sánchez-Schmid, del partido del presidente Nicolas Sarkozy.
La portavoz ecosocialista ha hecho un llamamiento a todos los eurodiputados conservadores a que visiten el Estado español para ver que lo que crea «auténtica inseguridad e involución democrática» en España son los casos de corrupción de los populares.
ICV también reprocha al PP que con actos como el que ha organizado en Badalona no contribuye a solucionar los problemas que pueda tener la sociedad en la relación a la inmigración, sino que lo que aporta es una acentuación de los conflictos solo para tratar de sacar réditos electorales en los comicios de noviembre.
Asimismo, han lamentado que Francia esté «incumpliendo la legalidad» con la expulsión de ciudadanos rumanos que ha impulsado Sarkozy, y ha expresado su apoyo a la comisaria europea que criticó los postulados del presidente francés.
En este sentido, los ecosocialistas coinciden con la comisaria en que lo que se está haciendo con los rumanos en Francia es una «deportación», y, de igual manera que han criticado con el PP, califican de electoralista la decisión del dirigente francés.
«El señor Sarkozy está deportando a personas en función de la raza, y esto es propio de otros regímenes y no de un régimen democrática del siglo XXI», ha concluido.
En esta cuestión, ICV también es crítica con el papel del presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, porque considera que ha tenido una reacción «inadmisible e intolerable de complicidad» con el proyecto de Sarkozy.
«Es impropio de un partido que dice ser socialdemócrata que no defienda los derechos fundamentales de la personas que viven en la Unión Europea. Esto significa que Zapatero está cada vez más atado de manos» en el ámbito internacional, ha sentenciado.
