Durante siete semanas, el secretario general del PSM, Tomás Gómez, y la ministra de Sanidad, Trinidad Jiménez, han mantenido un férreo pulso para recabar apoyos
Al final, inasequibles en buena medida a las presiones de la ‘Blanco Factory‘, la mayoría de los militantes socialistas madrileños ha optado por su secretario general, Tomás Gómez, frente a la candidata del presidente del Gobierno y del aparato oficial del PSOE.
El recuento de las papeletas en elecciones primarias madrileñas que han decidido quien será cabeza de lista del PSOE que se enfrentará a Esperanza Aguirre en las autonómicas de Madrid en mayo de 2011, es devastador para Zapatero: Tomás Gómez se lleva el 51,8% de los votos y Trinidad Jiménez el 48%.
Gómez ha ganado a la ‘oficialista‘ Jiménez porque él y su entusiasta equipo -Eduardo Sotillos, Antonio Miguel Carmona, José Cepeda, Maru Menéndez, Rosa Alcalá, Eusebio González, Enrique Cascallana, el actual alcalde de Parla, José María Fraile y un puñado de hábiles cuadros socilistas- han conseguido que su discurso calara más que el de la ministra Jiménez.
Ésta había apostado por presentarse como la candidata con más posibilidades para ganar a Esperanza Aguirre en Madrid con el apoyo a esta tesis de Zapatero y buena parte de la dirección federal del PSOE.
Zapatero, por tanto, aparece como corresponsable de esta derrota.
POCAS POSIBILIDADES FRENTE A ESPERANZA
En cualquier caso, para Tomás Gómez y el PSOE lo complicado de verdad comienza ahora.
Dentro de las filas del partido, ‘David’ venció a ‘Goliat’, pero en la batalla por la presidencia de la Comunidad de Madrid las cosas no van a ser tan sencillas.
Asentada en una firme mayoría absoluta, incansable, con un instinto político más que notable, la popular Esperanza Aguirre representa un escollo diez veces más alto y complicado de lo que ha sido la ministra Jiménez.
El triunfo de Gómez supone un fuerte varapalo para Zapatero, quien le pidió que se retirara de la batalla y que renunciara a presentarse.
Tomás Gómez ha sido el ganador, tras una dura campaña electoral que se ha prolongado durante siete semanas y en la que ambos candidatos se han cruzado duras acusaciones. Se han peleado por los avales, por los SMS y hasta por las llaves de las sedes socialistas.
Se cierra así un largo proceso que se abrió el 7 de agosto, cuando Tomás Gómez se reunió en La Moncloa con Zapatero, y en una tensa reunión, le dijo que no iba a dar un paso atrás en favor de Trinidad Jiménez, a la que una encuesta de Ferraz daba con más posibilidades que Gómez de ganar a Aguirre.
Tras el triunfo del ex alcalde de Parla, la segunda planta de la sede del PSM de Callao se ha convertido en un hervidero y los militantes ya entonan un solo grito:
«Presidente, presidente, presidente».
Algún periodista comentaba mordaz que puede que llegue a presidente del PSOE, porque Zapatero anda de capa caída, pero que a la presidencia de la Comunidad de Madrid le queda muy lejos y muy grande.