El PSOE cree que la derrota es un castigo al tripartito

El PSOE está convencido de que la debacle del PSC en las elecciones autonómicas catalanas es más un castigo al tripartito gobernante desde 2003 que un aviso al presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, de cara a las próximas generales, según señalan, en público y en privado, dirigentes y diputados un día después de la peor derrota del PSC en unas elecciones autonómicas.

El resultado electoral ha sido analizado en la comisión permanente del PSOE –un órgano al que no asiste el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero–, que ha reconocido que, al igual que está sucediendo en otros países, en plena crisis económica hay ciudadanos que aprovechan cada proceso electoral para expresar su rechazo al Ejecutivo de turno, según han informado a Europa Press fuentes socialistas.

No obstante, el secretario de Organización, Marcelino Iglesias, ha subrayado después que los catalanes tienen un comportamiento electoral muy distinto en cada cita electoral. Para sostener esta tesis, los socialistas recuerdan que en las catalanas de 2006 el PSC de José Montilla pasó de 42 a 37 diputados, en plena ola alcista del PSOE de Zapatero y que, meses después, en las municipales de 2007, el PSC logró su mayor presencia en los ayuntamientos.

Así las cosas, los socialistas quieren esperar a tener un análisis más detallado, encuestas postelectorales incluidas, para medir con más precisión cuánto ha pesado en la derrota el desgaste del PSOE y cuánto el desgaste del tripartito, análisis que corresponderá sobre todo al PSC. Algunos, sin embargo, ya adelantan que si hay un «aviso» a Zapatero es una lectura «muy secundaria».

Mientras, en un primer análisis, los socialistas consultados apuntan directamente al mal funcionamiento de un tripartito del que los catalanes se han cansado. Es más, en el PSOE están convencidos de que el tripartito ha hecho una buena gestión socioeconómica, pero que no ha sabido transmitir sus logros y que, además, éstos se han visto empañados por las disonancias del tripartito. «Cuando tienes un gobierno con tres partidos no se puede pretender que se cumpla el programa íntegro de los tres», resume uno de los consultados.

La derrota del PSC, que ha pasado de 37 a 28 diputados, es peor de lo que auguraban los pronósticos de los propios socialistas y la dirección federal la ha achacado en buena medida a la abstención. Según el PSOE, no ha habido trasvase de votos del PSC al PP ni tampoco a los partidos que están a su izquierda, y ha sido muy pequeño –menos de dos puntos porcentuales– el trasvase a CiU.

El ‘cinturón rojo’ de Barcelona, feudo tradicional del PSC, ha sido una de las áreas donde CiU se ha beneficiado de ese trasvase. Los socialistas apuntan a que todo el aumento de participación ha sido de votantes de CiU y PP, mientras que casi toda la abstención ha sido de socialistas.

«NO ES UN BUEN SINTOMA»

De este modo, los socialistas admiten que la derrota del PSC «no es un buen síntoma», pero se niegan a verla como un preludio de que en 2011 y 2012 se repetirá el ciclo de 1995 y 1996, cuando el PSOE encadenó una derrota en las autonómicas con la pérdida del Gobierno en favor del PP.

Sin embargo, la dirección federal sí ha detectado ya algunos problemas de cara a las municipales, empezando por que el PSOE no logra romper la percepción que hay en la sociedad de que en estos momentos da igual que gobierne la izquierda o que lo haga la derecha, porque todos aplican las mismas políticas.

Según explica un miembro de la dirección, por mucho que Zapatero insista en que pese a la obligada austeridad no perderá la seña de identidad que es la cohesión social, a la hora de aplicar y explicar las medidas los socialistas se encuentran con un «muro».

Ya después de la reunión, Marcelino Iglesias ha puesto énfasis en subrayar que el Gobierno de España no ha despedido a funcionarios, como hará el irlandés, ni ha subido las tasas universitarias, como ya ha hecho el británico.

¿SUCESION DE MONTILLA?

La reunión de la permanente ha considerado acertada la decisión de Montilla de anunciar que dejará el liderazgo del PSC en el próximo Congreso –«lo que no tenía sentido era no reaccionar», argumentan– pero también ha dejado claro que su sucesión corresponde al PSC y que el PSOE no interferirá.

En Ferraz se espera una sucesión ordenada porque el PSC «es un partido sólido» y, según señalan algunos, la llamada ‘ala catalanista’ es minoritaria desde el punto de vista orgánico. Otros, desde fuera de la dirección federal, no lo ven tan sencillo y temen que pueda haber un enfrentamiento entre sectores del PSC.

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