Partidos como UPyD e IU recogen el voto de muchos socialistas desencantados y registran subidas significativas
La distancia entre PP y PSOE se agranda a medida que se aproxima la fecha de las elecciones. La ventaja de los populares, a sólo 49 días del 20-N, es ya de 15,6 puntos.
Según el sondeo de Sigma-Dos que publica el diario El Mundo, si los españoles acudieran mañana a votar, el PP batiría su récord histórico cosechando el 47,4% de los votos, casi la mitad de los sufragios, lo que le garantizaría una holgadísima mayoría absoluta.
El PP de Aznar, en su momento más glorioso, sumó un 44,5% en 1995. Los socialistas de Alfredo Pérez Rubalcaba se quedan en el 31,8%, casi tres puntos por debajo del 34,1% de Almunia, y parecen destinados a hundir al partido con el peor resultado electoral de su historia.
LAS EXPECTATIVAS DEL PP
El PP de Mariano Rajoy prevé apuntalar la mayoría absoluta con un fuerte crecimiento de escaños en Andalucía, Cataluña y Aragón, y además aspiran a aumentar la representación en Canarias, Baleares, Castilla La Mancha, Castilla y León y Galicia y creen que perderán algún escaño en Asturias, según informaron fuentes populares.
Los datos internos que manejan los populares apuntan a una mayoría absoluta y a que obtendrán un buen resultado precisamente en las comunidades donde más necesitan crecer. Cataluña, un granero socialista, es un objetivo prioritario de los populares, donde aspiran a recuperar el resultado que cosecharon en el año 2000, cuando Aznar logró la mayoría absoluta -en aquellos comicios, los populares catalanes lograron 12 escaños-. En la actualidad tienen ocho, por lo que deberían lograr 5 más para igualar la marca de hace once años.
En las últimas generales, el PSC sacó una ventaja de 17 escaños sobre el PP en esta comunidad, mientras que CiU logró once; ERC, 3 e ICV, uno.
Las encuestas que manejan algunos partidos en Catalunya otorgan a los socialistas una pérdida importante de apoyos, aventurando un resultado de entre 16 y 17 parlamentarios, mientras que CiU podría subir hasta 15 o 16, en tanto que el PP podría estar cerca de los doce.
Los populares también pretenden dar la vuelta a los resultados en Aragón, donde el PSOE les sacó tres diputados en 2008 y ahora creen que pueden invertir los términos y ser ellos quienes saquen tres escaños a los socialistas.
Para lograrlo, el PP ha reforzado sus posibilidades con un acuerdo con el Partido Aragonés Regionalista (PAR) por el que irán de forma conjunta en los comicios. En 2008, el resultado fue de 8 escaños para el PSOE y 5 para el PP. Si logra tres más, serían 8, el mismo resultado del año 2000.
En cuanto a Andalucía, hace cuatro años, el PSOE sacó once escaños al PP andaluz, al conseguir 36 mientras que los populares sólo lograban 25.
Sin embargo, los populares argumentan que los sondeos apuntan a que los socialistas perderán las elecciones generales en esta región en el número de votos y que, como mucho, el PSOE sólo puede aspirar a empatar con el PP a 30 escaños, salvo que Izquierda Unida consiguiera un parlamentario por Sevilla.
LOS DATOS DEL SONDEO DE SIGMA-DOS
Estos datos pueden ayudar a comprender por qué el PSOE acaba de introducir en la campaña su polémica propuesta del acercamiento de presos de ETA al País Vasco -intentando dar la idea de que la banda está terminada gracias a su apuesta por el diálogo- o por qué su candidato arriesga también al llevar a un primer plano la figura decadente de Felipe González.
Tal como van las cosas, da la impresión de que Rubalcaba todavía no ha tocado fondo y, por tanto, que Rajoy todavía no ha alcanzado techo.
El candidato socialista se enfrenta a un desafío casi insuperable: hacer olvidar a los ciudadanos su pasado reciente como miembro de un Gobierno que ha tomado durísimas decisiones de recorte social.
Lo intenta, prometiendo poner en práctica, si llega a La Moncloa, medidas que contradicen abiertamente las que él mismo aprobó, en su condición de ministro y vicepresidente primero del Gobierno, y defendió calurosamente como portavoz del Ejecutivo.
Y da la impresión de que esa oferta electoral no sólo no está calando en los ciudadanos, sino que está espantando gente con un discurso basado en la dicotomía ricos/pobres.
Partidos como UPyD e IU recogen el voto de muchos socialistas desencantados y registran subidas significativas.
Con este panorama y por mucha ilusión que pongan él a los suyos, a Rubalcaba le va a faltar algo más que ese «telediario» del que habla Felipe González para lograr la remontada.