Veo a zapatero políticamente agotado, intentando una justificación de su propio fracaso
A cuatro meses de las elecciones municipales, Alberto Ruiz-Gallardón, no espera una campaña bronca y confía en ganar y en agotar su mandato.
En una larga entrevista con el diario La Gaceta, el alcalde de Madrid repasa todos los asuntos de la política nacional al tiempo que niega que pretenda entrar en ella.
-¿Qué ocurrirá si le llama Mariano Rajoy para formar parte de su Gobierno si gana en 2012?
-Hablo mucho con Mariano Rajoy, tengo una relación intensa de trabajo con él en el comité de dirección. Me ha hablado de lo que quiere que yo haga en política y me ha convocado para que esté al frente del Ayuntamiento de Madrid, no para ningún otro cargo ni para otra responsabilidad.
-¿Y no vería lógico que esa proyección nacional como miembro privilegiado del comité de dirección del partido, por petición expresa de Rajoy, se trasladara en un futuro? Usted mismo lo quiso hace unos años.
-Sí, lo pedí, pero he reiterado en distintas ocasiones que fue un error pedirlo públicamente sin haberlo hablado antes. En estos momentos no voy a volver a cometerlo ni lo voy a pedir. Estoy muy contento con las responsabilidades que tengo al frente de la alcaldía de Madrid e insisto en que mi presidente me ha citado para esa responsabilidad y ninguna otra.
-¿Le sorprendería que le llamaran para incluirle en la lista?
-No me lo planteo. Pero insisto, ya hace cuatro años marqué que ese era el camino que quería, hoy no lo voy a volver a hacer.
-¿Le gustaría asumir otras responsabilidades en la política nacional?
-No tengo más aspiración que hacer un buen trabajo en la alcaldía.
-En el PSOE le ponen como ejemplo de falla interna del relato del Partido Popular con respecto a la austeridad…
-Cuando se incrementa el gasto para aumentar el número de funcionarios se puede decir que esa política no es austera, pero cuando se hace para mejorar la productividad de tu ciudad, para conseguir, en definitiva, más creación de riqueza y empleo, es sin duda una política de inversión. El hecho de que tengamos un diferencial de cuatro puntos respecto a la media de paro española demuestra que las políticas de estos últimos años en Madrid producen un resultado positivo.
-Su partido propone una reducción de más del 50% de los altos cargos. Su oposición cifra en más de mil sus asesores. ¿Ha pensado ya dónde podar?
-El Ayuntamiento de Madrid tiene 23 altos cargos. Tenemos un nivel de absoluta austeridad en relación a los puestos que manejamos.
-Es decir, que no se plantea reducirlos
-Es que ya lo hemos hecho. Lo hicimos con una reducción importantísima de sueldos; soy el primer alcalde que, al llegar, la primera decisión que toma es reducir su nómina un 15%.
-Ramón Jáuregui ha reconocido que el PSOE lo tiene muy difícil en las próximas elecciones generales. ¿Con ese ánimo a dónde cree que pueden llegar?
-El PSOE no tiene confianza en sí mismo porque sabe que al ocultar la crisis defraudó a los españoles. Además, ya no tienen confianza en su líder porque son conscientes de que es un político amortizado.
-¿El revulsivo de la renovación de Gobierno ha quedado en nada?
-En una situación de crisis como la nuestra la respuesta no ha sido potenciar un liderazgo económico sino un liderazgo político, así el propio Gobierno está evidenciando su incapacidad para abordar los problemas que preocupan a los españoles. No es ni Rubalcaba ni su equipo quien puede resolver lo que angustia a las familias de España.
-¿Cómo ve a Zapatero?
-Le veo políticamente agotado, intentando una justificación de su propio fracaso que ya sabe que no puede corregir o enmendar, y le veo anteponiendo sus intereses y los de su partido al de los españoles. Si Zapatero fuera leal con ellos, mañana disolvería las Cortes y convocaría elecciones generales, porque este país no va a recuperar la confianza en sí mismo hasta que haya un nuevo Gobierno. Hasta entonces no saldrá de la crisis.
-¿Cree que volverá a presentarse Zapatero a las elecciones?
-No lo sé, pero no creo que ése sea el debate que preocupe en la calle.
-Ni siquiera cree que dimita ni que adelante los comicios.
-No veo ninguna de las posibilidades. En las decisiones del presidente hay un egoísmo político que está anteponiendo los intereses de su partido al de los ciudadanos.
-¿Aún con una debacle socialista en mayo?
-Soy pesimista al respecto y me temo que las elecciones serán el mes de marzo del año que viene, por lo que habremos perdido un año entero más para abordar la crisis.
-¿Qué le parece el papel de ‘presidente de hecho’ de Rubalcaba?
-No le doy importancia. El Gobierno pretendía distraernos a todos con el nombramiento de Rubalcaba. Yo cuando me levanto por la mañana lo que busco en los periódicos son las declaraciones de Elena Salgado, porque me preocupa lo mismo que a la gente en la calle. Y no las encuentro, lo cual demuestra que no existe liderazgo económico del Gobierno.
-¿Ve riesgo de una intervención en España como dice Aznar?
-Las decisiones que adopta Zapatero no nacen de su autonomía de gestión, sino que están impuestas. Unas por Bruselas, otras por el FMI y otras directamente por los mercados. No sé qué diferencia hay entre una intervención formal con una real en la que, de facto, estamos en estos momentos. Cuando un Gobierno no tiene autonomía de decisión como es el caso, de facto está actuando como si España estuviera formalmente intervenida.
-Si la valoración de los políticos es coyuntural, en el caso del PP esta no ha variado, porque Rajoy está muy mal valorado desde 2004.
-Lo que quiero tener es un presidente de mi partido que sea muy votando, no que esté muy bien valorado.
-¿Pero ambas cuestiones no van ligadas?
-No, evidentemente no. Prueba de ello serán los votos que el señor Rubalcaba tenga en las próximas elecciones.
-¿Por qué cree que usted está tan mal valorado entre la base del PP y tan bien fuera del partido?
-Es que discrepo, la base de mi partido me valora muy bien y nuestros votantes también. Y si miramos en las encuestas cuál es la valoración de los votantes del PP, tengo motivos para estar muy agradecido.
-Pero no se le escapa que hay un sector muy importante, parte de la caldera del partido, que no es que le vea como un verso suelto, sino desviado.
-Tengo la sensación de que ese sector no está en el PP, sino muy fuera del Partido Popular.
-¿Hoy se siente más integrado en el partido?
-Siempre me he sentido integrado.
-¿Y cómo se explica las elecciones internas a la presidencia del PP de Madrid?
-No hubo elecciones ni dos candidaturas, no se llegó a consultar a las bases porque al final Manuel Cobo decidió retirar la suya.
-Porque era evidente que iba a fracasar, como usted llegó a asumir públicamente.
-Insisto en que a las bases sólo se les presentó una candidatura.
-¿Le molesta que lo definan como «de derechas»? ¿Cómo se define?
-No tengo ninguna duda de que somos un partido de centro derecha. Así hemos construido nuestro discurso político. Nuestra ideología es la misma que está gobernando en países como Alemania, Francia o el Reino Unido. No somos un partido radical, somos un partido moderado.
-Al margen de que diga que entonces cometió un error al postularse al Congreso, ¿le gustaría o no estar en la política nacional?
-No tanto como estar en la alcaldía de Madrid.
-¿Prefiere estar en la alcaldía a ser diputado?
-Por supuesto.
-¿Y repetir como secretario general?
-Eso es imposible, lo digo con toda rotundidad. He sido secretario general del partido y en política hay responsabilidades muy gratas como las de gobierno, y hay otras que son necesarias pero, por experiencia, puedo decir que no tienen, de ninguna de las formas, esa satisfacción que te produce la acción de gobierno. Cubrí una etapa de mi vida al frente de la Secretaría General, pero no es un puesto al que vaya a volver más.
-Se acaba de comprobar con la salida de ex secretario general del PP Álvarez-Cascos. ¿Qué reflexión hace?
-Me produce mucha tristeza. Conozco y quiero mucho a Francisco Álvarez-Cascos desde hace muchísimos años y creo que ha sido un error por su parte. Yo también he tenido esa experiencia de haber solicitado algo al partido y que no te lo hayan dado. Entiendo abandonar la política, pero no hacer política en una formación distinta de la tuya. Tanto para Francisco como para mí el Partido Popular es mucho más que una opción ideológica, es nuestra casa, es nuestra familia. Uno puede dejar de estar en activo, pero no me quiero imaginar a Cascos en otra formación. Yo sería incapaz de hacer política en una opción que no fuera mi PP.
-¿Se ha gestionado bien esta crisis?
-No creo que hubiese alternativa en la gestión.
-¿No le parece que ya va siendo hora de que se instalen las primarias?
-El sistema que tenemos en los estatutos, hacer un congreso en el que participan todos los militantes, es tan democrático como unas primarias. Tanto vale un sistema como otro. Las decisiones que se han adoptado en Asturias nacen de un órgano nacido de un congreso elegido democráticamente. A nosotros nos ha funcionado mejor el sistema de congresos que el de primarias.
-¿Quién sucederá a Zapatero? Rubalcaba, Blanco, Chacón, Bono…
-No lo veo. La sucesión quizá no esté entre todos ellos. Tengo la sensación de que después de la salida de Zapatero el PSOE tendrá que hacer una catarsis más profunda que quizá excluya a todos los que han estado en su entorno.
-¿El PP, aun con mayoría absoluta, debería buscar un pacto de Estado para abordar el sistema autonómico?
-Sí creo que ante determinadas materias, entre otras la estructura del Estado, sería extraordinariamente positivo que, al margen del resultado, se diera un pacto entre los dos grandes partidos que hemos alternado el Gobierno de España en los últimos años y, razonablemente, lo seguiremos haciendo. Por ejemplo, también abordando una reforma electoral en profundidad para facilitar el Gobierno de los que ganan.