El dirigente de la izquierda abertzale Rufi Etxeberria reitera que, si se diera «una acción armada» de ETA, la izquierda abertzale la «rechazaría» y considera que, en su último comunicado, la banda ha adoptado una decisión «histórica» y no muestra «intención de tutelar».
En una entrevista concedida a El País, recogida por Europa Press, dice no contemplar «un rebrote de la acción armada» de ETA y añade que, si se diera, la izquierda abertzale «ha adoptado la decisión irreversible de que la estrategia independentista es incompatible con la lucha armada». Por ello, asegura, «rechazaría una acción armada» de ETA, «más allá de cuestiones terminológicas».
Tras insistir en que «la estrategia de la izquierda abertzale va a pivotar sobre bases políticas y democráticas», opina que el comunicado de la banda terrorista del pasado 10 de enero, que planteaba «un alto el fuego permanente, verificable, general y unilateral», constituye una decisión «histórica».
«General es una importante novedad porque afecta a todos los campos de intervención de ETA, incluido el impuesto revolucionario», destaca Etxeberria, en cuya opinión «abre una situación política que no debe ser gestionada con planteamientos inmovilistas».
En esta línea, señala que «la decisión de ETA de cesar es unilateral, motu propio» y añade que, a su entender, la banda «no pone condiciones». «Fija el carácter de la tregua y plantea cómo cree que puede darse la resolución del conflicto. Pero no con la intención de tutelar. Plantea que el conflicto tiene que resolver tanto sus causas como sus consecuencias», explica.
De este modo, precisa que, «para resolver las causas, el conflicto político, ETA se sitúa fuera y señala que los actores son partidos y agentes sociales», de modo que «su única demanda es que ella y el Gobierno tienen que respetar las resoluciones de los partidos sobre las causas del conflicto». «ETA –continúa– sí se reserva un papel en las consecuencias del conflicto, en la solución para los presos y el desmantelamiento de las estructuras militares, que tiene que abordar con el Gobierno de modo dialogado. Eso no es tutela».
En cualquier caso, precisa que la izquierda abertzale «tampoco acepta ninguna tutela de ETA en la búsqueda de las salidas de las causas políticas del conflicto», aunque cree que la banda «tiene que ser sujeto activo en la resolución de las consecuencias porque le afecta directamente», y no liga «la desaparición de la lucha armada a un acuerdo político resolutivo».
Etxeberria asegura que no tiene «datos internos» sobre si en ETA existe unanimidad, si bien afirma que no contempla que se pueda producir una escisión. Preguntado sobre qué le diría a ETA, afirma que «haría una valoración muy positiva de los compromisos que ha adoptado, y le pediría que los lleve hasta el final».
LEGALIZACION
Asimismo, insiste en que la izquierda abertzale va a hacer «un esfuerzo ímprobo y sin fin» para alcanzar «una salida definitiva», en el que no va «desistir independientemente de los avatares», y añade que las decisiones del debate realizado en su seno «vinculan a todas las organizaciones, incluida ETA».
Por otra parte, reclama que la izquierda abertzale «debe ser legal porque nuestros principios actuales son tan democráticos como los de los demás y mantienen una postura clara frente a la violencia», y asegura que los pasos que ha dado no pretenden «recuperar una legalidad perdida», sino «cambiar una situación».
En caso de que no sean legalizados, afirma, no se produciría «un cambio de estrategia». No obstante, señala que no contemplan «un escenario de ilegalización» de su nueva marca política, que presentarán «antes de 15 días» en el registro de Interior. Según añade, en ella, no se «va generar ninguna duda ni vacío» porque «se van cumplir todos los requisitos legales».
