Díez cree que la IA quiere volver a entrar «como garrapatas» en las instituciones para estar calentitos y volver a matar

La presidenta de Unión, Progreso y Democracia (UPyD), Rosa Díez, ha advertido este martes de que la nueva formación impulsada desde la Izquierda Abertzale no es más que un intento por volver a introducirse «como garrapatas» en las instituciones para «cumplir su guión» y «estar allí calentitos hasta que puedan organizarse y volver a matar». Asimismo, ha considerado un error identificar el rechazo a la violencia, una actitud «pasiva», con la condena de «lo hecho», que «marca la diferencia» de lo creíble en términos políticos.

Díez ha manifestado, de la misma forma, durante una entrevista a RNE recogida por Europa Press, que existe «una diferencia abismal entre condenar y rechazar», sobre todo cuando se atiende a «los mismos perros con diferente collar», y que «hay que ver lo que existe, no lo que uno quisiera ver». «Y lo que existe es que los dirigentes de un conglomerado etarra, que ayer presentaron un nuevo partido, han presentado una nueva marca», ha apuntado.

Algo que la dirigente ha considerado una nueva muestra más de la táctica emprendida por la banda terrorista ETA, «plasmada en los documentos» incautados a la organización en una de las últimas detenciones en Francia, y que establece la necesidad de volver a las instituciones ante la «mala situación» en el plano operativo. «Están en una tregua operativa y no tienen capacidad para organizarse, y entrar en los ayuntamientos les vendría muy bien», ha dicho.

«Estamos asistiendo a esto porque se les ha ilegalizado, porque se han aplicado las leyes, porque la gente ha arriesgado su vida, porque las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad les han perseguido y porque los jueces han actuado», ha argumentado Díez, al tiempo que se ha preguntado si un «rechazo a la violencia» puede llevar a una actitud «buenista» por parte del resto de la comunidad política.

En este sentido, ha destacado la «fuerte preocupación» que despiertan en su formación las afirmaciones del PSOE, cuyo portavoz, Marcelino Iglesias, declaró que «Batasuna había condenado la violencia», y ha incidido de nuevo en que las manifestaciones de la Izquierda Abertzale no resultan en ningún caso novedosas, puesto que, en mayo de 1999, ya hubo un acuerdo parlamentario entre PNV y Euskal Herritarrok (EH) que provocó manifestaciones del «conglomerado» en esta dirección.

Entonces, ha explicado, «se suscribieron unos párrafos absolutamente contundentes», pero «en la Cámara Vasca había 14 diputados de EH, con Otegui como portavoz, y el jefe de la banda era Josu Ternera, que compatibilizaba ser jefe en Parlamento vasco con ser jefe de la organización terrorista». «A la gente no sólo hay que juzgarla por lo que se dice, sino también por lo que hacen», ha insistido.

Para ello, ha puntualizado, es necesario atender a resoluciones judiciales previas como la sentencia del Tribunal de Derechos Humanos de Estrasburgo, en relación a la ilegalización de Euskal Herritarrok y Batasuna, que establece que «no sólo vale la letra de los estatutos para ilegalizar un partido», sino que también es necesario «juzgar a sus miembros».

FRAUDE DE LEY

Según Díez, se estaría hablando de otra cosa si ayer, Rufi Etxebarria, «hubiera condenado la historia de ETA, de la indignidad», y hubiera afirmado que matar «nunca estuvo justificado», pero para la dirigente su intervención no fue más que la confirmación de que se está incurriendo «en un fraude de Ley».

«Esta conversación la estamos teniendo porque ha habido mucha gente que ha querido creer en la buena fe de los terroristas», ha señalado, y la verdad es que «estamos hablando de una organización totalitaria, no una cuadrilla de delincuentes, que mata porque lo que quiere conseguir es terminar con la democracia y la sociedad plural», lo cual no puede conseguir «sin matar». «Eso hay que recordarlo: matar es un instrumento, no un objetivo», ha matizado.

Así, la presidenta de UPyD ha subrayado que para la banda terrorista «matar es un instrumento en un momento dado», al igual que lo es «colarse como garrapatas en las instituciones para estar allí engordando hasta que puedan volver a matar».

En otro sentido, preguntada por el apoyo popular que podría recibir la formación si llega a presentarse a las elecciones municipales, Díez se ha mostrado tajante al afirmar que «también Hitler representaba a una buena parte de la población alemana y en Nuremberg, aparte de condenar a los criminales, condenaron la historia del nazismo».

Díez se ha cuestionado, en relación a esta perspectiva, si en base al apoyo popular se debería legalizar el crimen, pero ha determinado que si se tiene «una sociedad enferma que realmente quiere que los criminales fueran sus representantes» sólo cabe formar una realidad aparte, porque ese modelo «no cabe» en democracia. «Todas las ideas no caben y no son compatibles» con ésta, ha señalado.