María Dolores de Cospedal era el perfil que necesitaba Mariano Rajoy como pieza clave para superar divisiones en el Partido Popular al que dos derrotas electorales habían dejado envejecido, desganado y con un futuro poco prometedora.
Así lo piensa Antonio Martín Beaumont, autor de ‘Cospedal, la reina de la Torre de Marfil‘ [Editorial Libros Libres] donde el director de El Semanal Digital y uno de los que mejor conoce lo que se cuece en la trastienda popular, nos descubre a una mujer muy celosa de su intimidad y su vida privada, llamada a ocupar durante mucho tiempo un puesto relevante en la política nacional.
El politólogo, antiguo presidente nacional de Nuevas Generaciones y diputado de Castilla y León en los ochenta, reconoce a Cospedal haber superado el reto del ‘camino de espinas’ que le esperaba tras el Congreso de Valencia. Su acierto fue haber puesto proa al rumbo que pretendía Mariano:
«centrarse, huir de los radicalismo y seducir a los votantes moderados, que son quienes al final inclinanla balanza electoral a la derecha o a la izquierda»
«Bellísima mujer, firme, con principios, ambiciosa, inteligente..». Beaumont no escatima elogios a Cospedal pero tampoco creamos que se deja encandilar por la luz de los ojos verdes de la principal escudera de Mariano Rajoy. Su principal crítica es hacia la comunicación del PP:
«El PP tiene miedo a comunicar. En materia de comunicación Génova es la casa de Tócame Roque»