La secretaria general del PP, María Dolores de Cospedal, enumeró hoy los altos cargos que su partido ha otorgado a mujeres como ella y subrayó que lo ha hecho «sin tener ninguna obligación, sin cuotas, sin artificios».
En un acto en Alovera (Guadalajara), con motivo del Día Mundial de la Mujer Trabajadora, de cuya celebración se cumplen 100 años, Cospedal dijo que en este tiempo las mujeres han conseguido muchas cosas; por ejemplo, que el talento, el trabajo y el esfuerzo se les reconozca en toda la Humanidad, y que la sociedad sea más «justa», «humana» e «igual».
No obstante, señaló que «todavía quedan muchas cosas por conseguir», y marcó como objetivo «la igualdad real y efectiva, no la escrita en un papel, en un libro, en una ley», sino la que permita a la mujer ser autosuficiente teniendo un empleo, elimine la brecha salarial por trabajos de igual valor y acabe con la imposibilidad de conciliar la vida laboral y familiar y el embarazo con un ascenso profesional.
Cospedal también se acordó de las mujeres que han sido víctimas de la violencia machista, pero recalcó que el PP «no necesita un Día Internacional de la Mujer para acordarse de las mujeres», sino que el Día de la Mujer es «todos los días».
«A otros se les llena la boca hablando de los derechos de la mujer y lo que han conseguido es que cada vez haya más mujeres en paro», censuró la dirigente popular en referencia al PSOE, y se refirió a las cifras de desempleo femenino en España y Castilla-la Mancha, mientras, aseguró, los socialistas andan «poniéndose zancadillas para suceder a Zapatero».
Cospedal también criticó al secretario de Organización del PSOE y presidente de Aragón, Marcelino Iglesias, (sobre quien subrayó que los socialistas, a diferencia de con ella, no tienen problemas en que ocupe dos cargos: «Debe de ser porque es hombre», ironizó) por «ponerse a hacer bromitas» con las críticas del PP a la limitación a 110 km/h para ahorrar petróleo.
Iglesias descalificó ayer a los populares tras la Ejecutiva Federal socialista, acusándoles de entender la libertad a la que han apelado para criticar tal prohibición como la libertad para «conducir más deprisa» o «con unas copitas».
