Rubalcaba es de los mejores oradores del parlamente pero es un excelente dominador de la falacia y ésta es un arma mortífera
Tradicionalmente las sociedades de debate, nacidas en las universidades anglosajonas, son la cantera de los líderes políticos y empresariales del mañana. Ahora proliferan en España entre los universitarios que entrenan la retórica, el discurso y la oratoria. Una prueba es la III edición de la Liga de Debate organizada en nuestro país. Un torneo al que algunos líderes políticos confiesan que no van por temor a quedar en evidencia.
Los días 7 y 8 de abril la Universidad Carlos III organiza esta batalla, este duelo de palabras. Los mejores universitarios en el arte de la oratoria, procedente de 12 universidades y agrupados en 20 equipos, ponen a prueba la fortaleza de sus argumentos y pugnarán por evidenciar la debilidad de los del oponente. Fran Carrillo, socio-director de La Fábrica de Discursos, es el coordinador del evento y profesor de la Sociedad de Debate de la citada universidad.
En esta entrevista en Periodista Digital cuenta que
«Este modelo de las sociedades de debate nace en las universidades anglosajonas. Allí se han consolidado como cantera de líderes políticos y empresariales. (…) En España está empezando a calar esta idea y partidos políticos y empresas envían ojeadores a torneos como el que organizamos este mes de abril en la Universidad Carlos III. Por eso estas sociedades de debate también son importantes como lugares donde encontrar trabajo».
Uno de los puntos sobre los que Fran Carrillo pone más énfasis es que, por culpa de una deficitaria cultura de la oratoria entre nuestros líderes, con la formación que reciben sus alumnos podrían superar en una contienda dialéctica a un político.
«El orador no nace, se hace. (…) Me consta que dentro del PSOE hay grandes oradores. El problema es que los que llegan a las esferas más altas no son los más adecuados bajo este punto de vista».
(…)
«A Rajoy le falta espontaneidad y Zapatero es todo envoltorio. Uno es demasiado racional y el otro excesivamente emocional. El déficit de la mayoría de los políticos es que sus discursos son reactivos no pro-activos. Eso está creando un clima político en el que el voto no va hacia un candidato sino en contra de otro.»
Para este especialista, una de las reglas de oro del buen orador es que
«Para ser creíble más que la contundencia verbal y su vehemencia retórica tiene que demostrar su consistencia moral. (…) Debe ser honesto, parecer competente y saber comunicar esa competencia y honestidad».