El ministro de Presidencia, Ramón Jáuregui, ha afirmado que, «por ahora», el Gobierno no prevé profundizar en la reforma laboral y abaratar más el despido. A su juicio, España «hace los caminos» de las reformas «con bastante solvencia», porque, si no, no estaría «tan alejada de las turbulencias».
En una entrevista concedida a Radio Euskadi, recogida por Europa Press, Jáuregui ha afirmado que, «por ahora, no entra en los planes» del Gobierno profundizar en la reforma laboral y abaratar más el despido, como han pedido el Fondo Monetario Internacional y Europa.
«Nosotros tenemos la idea de que la flexibilización del mercado laboral que hemos hecho es suficiente. No oculto, sin embargo, que hay que reconocer que sigue existiendo una gran dificultad por la parte empresarial para favorecer la contratación», ha apuntado.
A su juicio, esto no es tanto un problema de mercado laboral como de la atonía económica, no es tanto un problema de leyes laborales como de falta de fluidez en el crédito económico, que arrastra la economía española, en gran parte, por el colapso financiero que sufrimos en base al endeudamiento exterior que se ha generado en años anteriores».
Por ello, ha manifestado que «la flexibilización del mercado laboral sigue siendo» una situación en la que el Gobierno «no puede darse por satisfecho». «Seguimos teniendo que hacer reformas en el ámbito laboral, pero no en cuanto al abaratamiento de la rescisión, porque, sinceramente, creo que estamos ya en lo que llamaríamos ya en el límite de lo que la seguridad y la Justicia laboral reclaman», ha apuntado.
Ramón Jáuregui ha trasladado la idea de que se vive «en un mundo nuevo» en el que se compite «con una globalización cada vez mayor y, por tanto, con un mercado cada vez más difícil». «Europa entera está necesitada de ir ajustándose a esa competitividad globalizada y eso exige a todos, y al mercado laboral, a nuestro sistema de protección social, a nuestra política fiscal, a casi todo, nos obliga a una readaptación de toda nuestra ingeniería social y fiscal para poder competir con ese nuevo mundo», ha indicado.
Para el ministro de Presidencia, esa reflexión general no se puede dejar de atender. «Con todo, creo que España está haciendo los caminos de esas reformas con bastante solvencia, si no, no estaríamos tan alejados de las turbulencias como estamos, afortunadamente», ha subrayado.
GRECIA
En referencia a Grecia «y todo lo que está pasando con el euro y con los países periféricos, representan un problema importante porque no acaban de terminar o resolverse».
«Hace un año creíamos que habíamos resuelto la crisis griega y, un año después, el problema de Grecia es que muchos dicen que no pueden pagar los préstamos que les hicimos y que tiene que reestructurar la deuda. Luego, llegó Irlanda, luego llegó Portugal. Portugal acaba de hacer elecciones, ahora tiene que aprobar su programa económico y hay que saber si va a cumplir o no», ha añadido.
En este sentido, ha precisado que «todo son dudas sobre una situación muy delicada en torno al euro, a Europa, en general». «No es que nos vayan a arrastrar, es que Europa entera tiene que adaptar su arquitectura económica y financiera a su unión monetaria, a su moneda común», ha aseverado.
En este sentido, ha añadido que «Europa entera está recorriendo un camino que le obliga a ser como un solo Estado, económicamente hablando, para sostener una única moneda y esto, desgraciadamente, está durando mucho».
«Y, claro, todos estamos concernidos por los problemas que esto genera. De hecho, para qué negarlo, estos ajustes y estos esfuerzos que hay que hacer, se tienen que hacer de manera absolutamente obligada, irreversible, no sólo porque nos los imponga nadie, sino porque tenemos que ajustarnos a estas nuevas circunstancias, y si no lo hacemos, no seremos un país de primera, y ésta es la clave», ha añadido.
