¿Y si no, qué?

MADRID, 20 (OTR/PRESS)

Si no dimite, me refiero. Si el presidente de la Comunidad Autónoma de Valencia no se va a casa, bien por aceptar de hecho haber cometido el cohecho impropio que se le imputa en el caso de los trajes (es decir que se los regalaron), o avergonzado por mentir ¿Si no se marcha, le echaría Rajoy? Es la pregunta del momento, y el desenlace podría producirse en horas o en días, ni siquiera se puede descartar que haya novedades al respecto cuando se publique esta crónica que ahora estoy escribiendo. Así de inestable es la situación.

Lo de «avergonzado» no es un sarcasmo sino mi convicción personal de que, por laxa que sea la sociedad española respecto a las mentiras de los políticos, todo tiene un límite, que en este caso podría ser ver por primera vez sentado en el banquillo de los acusados, en un juicio con jurado popular, al presidente de una Comunidad Autónoma española. «Génova no le está presionando», dice Génova, claro. Solo han enviado allí en misión imposible a Federico Trillo, que viene a ser el James Bond de Rajoy en esta historia, con licencia para llamémosle «presionar» a Camps. Porque, tanto en el caso A, de que pague la multa y evite así el juicio, como en el caso B, es decir que se siente en el banquillo, la situación de Camps es políticamente insostenible para un partido que a la vuelta, posiblemente del verano o como mucho en Navidad, estará jugándose la Moncloa en campaña electoral.

Sostienen desde Génova que lo deseable sería que Camps solventase la papeleta con el mismo «señorío» con que lleva respaldándole, desde hace dos años, el presidente nacional de su partido Mariano Rajoy. Lo que traducido significa que lo que espera la dirección Popular es que Camps evite el juicio y se marche a su casa, por ese orden. Primero que no haya juicio, o sea que pague la multa y admita de hecho que no pagó los trajes y mintió, y dimita después como presidente de la Generalitat, explicando que no lo hace porque se considere culpable, sino para que no se le pueda utilizar en campaña electoral contra su partido político. Es decir por el bien de su partido. La cuestión es qué haría Rajoy si Camps se encastilla y no cede ni por el bien del partido, ni por el de España ¿Le echarían del PP en ese caso? Aquí se cierra el círculo. Mi impresión es que sí, pero esta pregunta aún no tiene respuesta cuando escribo.

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Autor

Luis Balcarce

De 2007 a 2021 fue Jefe de Redacción de Periodista Digital, uno de los diez digitales más leídos de España.

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