Nada de lo que está pasando tiene que ver con el 20-N, sino con el XXXVIII Congreso que viene después
La Ejecutiva Federal del PSOE aprobará este 5 de septiembre de 2011 las líneas maestras de la Conferencia Política que celebrará los días 1 y 2 de octubre, pero va a necesitar mucho más que eso para levantar la losa de desorientación y de fractura que acogota a los socialistas.
Escribe Gabriel Sanz en ABC que los gurús acnatonados en el número 70 de la madrileña calle Ferraz intentan desasesperadamente presentar a sucandidato como «garante» del Estado de Bienestar frente a los «recortes» del PP, pero que ni eso cuela.
Oficialmente «no hay motivo para la preocupación». La directora de la campaña socialista, Elena Valenciano, solo reconoce a ABC que el cambio constitucional les ha «distraído», pero por el tiempo dedicado a la negociación, no porque el asunto haya desbaratado la precampaña y tenga a la izquierda política, social, sindical y «twittera» en pie de guerra.
Una opinión que, a medida que uno se aleja de los círculos concéntricos del poder socialista, cambia y evidencia una división interna.
«Alfredo se equivocó diciendo sí sin más a lo que Zapatero le presentó como un acuerdo cerrado con Rajoy», comentaba el viernes un diputado que, a pesar de todo, acababa de votar «sí» a la reforma. En su análisis, Rajoy es el claro triunfador a ojos del gran público.
Son los últimos renglones de una legislatura maldita que el adiós de Zapatero, el 2 de abril, y la abultada derrota del 22 de mayo no han hecho sino agravar.
Rubalcaba, -«al que fuimos a buscar», en expresión de Gaspar Zarrías la tarde en que los «barones» dieron un golpe en la mesa para que Carme Chacón no le disputara el puesto en primarias-, siempre contó con que su «suelo» eran los resultados municipales y autonómicos.
La extrapolación a unas generales arroja 117 diputados. No tardaría en darse cuenta de que dentro del Gobierno, y desde julio también fuera, iba a tener problemas.
Las primeras señales alarmantes llegaron cuando diferentes encuestas –la última este 4 de septiembre de 2011 en El Mundo– demostraron que el presunto «efecto Rubalcaba» simplemente no existía, lo que en el ámbito interno derivó en desilusión.
Las listas, el 7 de octubre
Para colmo, en el mes de agosto, durante el que el candidato decidió trabajar confiado en recuperar terreno a un Rajoy de vacaciones en Sanxenxo (Pontevedra), no hizo sino traerle quebraderos de cabeza.
Primero, con la amenaza real de rescate de la economía española cuando la prima de riesgo sobre el bono alemán a diez años llegó a los 415 puntos básicos.
Y luego, con su consecuencia: una reforma constitucional exprés pactada por Zapatero y Rajoy el fin de semana del 20 y 21 de agosto a sus espaldas. Su mayor error, para muchos en el partido, ha sido presentarse como víctima porque «rompe la imagen de todopoderoso que tenía».
No es extraño, por ello, que al ver la debilidad del candidato, su principal rival por el liderazgo del partido, Chacón, haya regresado de su silencio vacacional manifestando el pasado lunes en la Ejecutiva del PSC sus «dudas» por la no celebración del referéndum que pide la izquierda en la calle.
«Nada de lo que está pasando tiene que ver con el 20-N, sino con el XXXVIII Congreso que viene después».