Si se genera una expectativa a cerca de la mayoría absoluta del PP y luego no se consigue se corre el riesgo de que se venda como un fracaso de Rajoy
Un libro que trata de sacarle los colores a Rubalcaba. Afear al candidato socialista recordando lo que, a juicio de los autores, son los pasajes más oscuros de un líder político al que califican de tahúr y le atribuyen la cualidad de flotar como el aceite después de tantos en la primera línea de la política.
Los mil secretos de Rubalcaba (Ciudadela – Intereconomía) de Alberto Lardiés y Daniel Forcada es un libro que acude a «los pasados» del candidato del PSOE; «El hombre que siempre ha estado ahí, como el dinosaurio del cuento» que ahora se convierte en la gran esperanza de los socialistas.
Aclaran los autores que en el prólogo que esta semblanza política de Alfredo Pérez Rubalcaba «elogia sin complejos y critica sin titubeos» a este candidato a la presidencia del Gobierno. En esta entrevista en Periodista Digital, Daniel Forcada explica que
«Sería un error no reconocer que es brillante en la comunicación y trabajador como el que más. Es el mejor negociador que tiene el PSOE para sacar adelante cualquier ley o para hacer que Zapatero haya gobernado casi con mayoría absoluta sin haberla tenido.»
Como defecto, el coautor del libro habla de la cara maquiavélica de Rubalcaba del que dice que «es capaz de negarse a sí mismo» si es preciso.
Lo más interesante del libro son «los pasados» del actual candidato para ponerle en un contexto amplio.
«Entre 1993 y 1996, asumir la tarea de ministro portavoz era un encargo endiablado. Él mismo dice que si llega a saber lo que le esperaba se hubiera colgado de la lámpara del Ministerio de Educación».
Fueron los últimos años de Felipe González como presidente del Gobierno en los que se concentraron los casos de corrupción y la salida a la luz de los GAL y los crímenes de Estado contra ETA.
«Ser portavoz aquellos años no le hace corresponsable en la medida en que tuviera algo que ver con la corrupción o los crímenes, pero sí cuando estos casos salen a la luz y él es el encargado de taparlos y anteponer la razón del PSOE a la razón de la limpieza democrática».
De vuelta al presente los autores achacan a Rubalcaba que, a tenor de las encuestas y la sensación que se vive en la calle, no ha cumplido con las altas expectativas que se crearon entorno a su persona. Daniel Forcada considera que
«Rubalcaba no ha remontado en las encuestas y parece que, incluso, puede cosechar un peor resultado que el de Almunia en 2000. También hay que decir que no ha ganado nada en su vida.»
«En todas las peleas internas del partido ha tenido una habilidad innata para situarse del lado del perdedor. Apoyó a Bono frente a Zapatero y, más recientemente, a Trinidad Jiménez frente a Tomás Gómez.»
NO HAY ENEMIGO PEQUEÑO
A pesar de la enorme ventaja que el PP puede tener sobre el PSOE de cara a las Elecciones Generales del 20 de Noviembre de 2011, Daniel Forcada subraya que la euforia es lo peor que le puede pasar a los populares.
«Sobre todo si se genera una expectativa a cerca de la mayoría absoluta. Si luego no se consigue se corre el riesgo de que se venda como un fracaso de Rajoy aun cuando hubiera ganado las elecciones».
UN ANUNCIO DE DISOLUCIÓN POR PARTE DE ETA
El coautor de Los mil secretos de Rubalcaba no cree que el futurible anuncio por parte de los terroristas de abandonar la lucha armada tenga un efecto significativo en campaña. Daniel Forcada cuenta que
«A día de hoy el terrorismo, como ha demostrado el último barómetro del CIS, no está entre las cosas que más preocupan a los ciudadanos. (…) Tampoco podemos dejar que ETA marque la agenda y, de hecho, yo creo que ahora la agenda la marca el paro, la crisis y los recortes sociales que tendrán que llevar a cabo unos u otros».
LA GUERRA DEL «21-N»
Por lo que Daniel Forcada ha podido deducir tras la recopilación de testimonios para la elaboración de este libro, en el seno del Partido Socialista «se está avecinando la guerra del 21-N» la cual será un hecho en función de los resultados que obtenga Rubalcaba.
«Rajoy será un buen candidato si la derrota es dulce pero parece que ni siquiera podrá disfrutarlo.»
Si lo consiguiera, añade Daniel Forcada, le gustaría quedarse para pilotar la transición hasta que una persona cercana a él pudiera optar a la secretaría general.