Desde que en 1996 el PSOE abriera el grifo del mal gusto en los anuncios electorales con su famoso dóberman, la tendencia a romper cualquier límite de respeto por el electorado y los rivales políticos en este tipo de propaganda audiovisual no ha dejado de crecer. Quienes más se han prodigado en este aspecto, aunque no han sido los únicos han sido los socialistas. El PSC ha superado cualquier antecedente con el polémico vídeo en el que prácticamente acusaba de ‘asesinato por recortes’ al Partido Popular y CiU.
Un hito histórico en el mal gusto en los spots electorales socialistas es, además del dóberman, el vídeo del PSC en el que un enfermo terminal muere ‘por culpa’ de los ‘recortes’ en la Sanidad catalana y con los que se identifica también a Rajoy. Otro, anterior, es el orgasmo de una mujer a la hora de ejercer el voto que mostró durante la campaña de las autonómicas catalanas en 2010. Y esta pieza audiovisual no fue una excepción en el recurso del sexo o la búsqueda de la polémica por parte de las fuerzas políticas en dichos comicios.
Montserrat Nebrera, ya fuera del PP y con su propia formación, también vinculó el voto a la actividad sexual. El partido soberanista de Joan Laporta hizo cantar y bailar en ropa interior a una estrella del cine porno por las calles de Madrid al tiempo que mostraba una bandera catalana independentista. En esa misma campaña, CiU caracterizó a España como un carterista que robaba por la calle a los desprevenidos catalanes.
El más gusto parece no tener límite en los vídeos electorales. La cuestión que se plantea es si muchos partidos creen que todo vale para ganar votos o buscan el escándalo para que se hable de ellos.
Siga en Twitter al autor de esta información, el usuario es @chinchetru, y al autor del vídeo, el usuario es @jfbuitrinski.
