Los pésimos resultados obtenidos por el PSOE en las elecciones generales del 20 de noviembre de 2011 lastran su futuro inmediato. La guerra interna está servida, con la previsible aparición de varios candidatos a ocupar la Secretaría General a partir del Congreso Ordinario que celebrará en febrero.
Algunos nombres son ya casi seguros, como el de Alfredo Pérez Rubalcaba o Carme Chacón, mientras que otros comienzan a sonar con mayor o menor fuerza. Entre estos últimos figuran el extremeños Guillermo Fernández Vara, el joven diputado Eduardo Madina o el poco conocido, fuera de su ciudad, alcalde de Toledo, Emiliano García Page.
Joaquín Almunia se ha descartado a sí mismo este 28 de noviembre en una entrevista concedida a Los Desayunos de TVE, al decir que tiene previsto seguir «en la política europea los próximos tres años». El vicepresidente de la Comisión Europea ha evitado dar nombres sobre quienes son sus favoritos y se ha limitado a decir que «yo quiero que la pelea sea en torno a proyectos, ideas…»
El cronista parlamentario y adjunto al director del diario Negocio Raimundo Castro afirma en conversación telefónica a Periodista Digital:
Se enrocan y nada apunta a que vayan a dejar que brote una generación nueva, que es lo que hace falta. O que haya gente de la misma generación que Zapatero, pero que haya estado al margen de Zapatero; la generación de Zapatero que no haya sido controlada por Blanco.
Rubalcaba va a intentar ser secretario general del PSOE y tiene muchas posibilidades de lograrlo, porque Blanco ha cercenado todo lo que brotaba que fuera diferente. Tiene muchas posibilidades de ser secretario general y portavoz del Grupo Parlamentario. Debería ser un portavoz provisional el día 21, pero puede que aproveche la coyuntura para que sea un nombramiento definitivo. Ya instalado de portavoz, que va a ser el papel más importante que va a tener cualquiera en la oposición, va a tener chupado el Congreso Ordinario. Ese es el plan.
En su opinión, Rubalcaba puede encontrar en José Bono su principal opositor:
Hay diecisiete portavoces del partido en comisiones parlamentarias que fueron laminados de las listas —La gran poda: el PSOE de Rubalcaba lamina a 18 portavoces en el Congreso— y están buscando a alguien que les aglutine. No sería descartable que fuera Bono.
Hay un ejemplo muy significativo. Cuando a Jesús Cuadrado [portavoz de Defensa] se lo quiso laminar Blanco en nombre de Zapatero en Zamora hubo resistencia y no lograron echarlo. Pero en la segunda ocasión que intentaron echarlo, quien lo salvó y se lo trajo a Madrid de diputado y de portavoz de Defensa fue Bono, que era Ministro de Defensa. Ya entonces, Bono se dedicaba a salvar a los que cepillaba Blanco. Ahora, toda esta gente tiene una oportunidad de apoyar a Bono o, si no se presentara, a otra alternativa. Saben que con Rubalcaba están laminados.
No se trata sólo de que vaya a haber una contestación democrática en el PSOE, sino que mucha gente sabe que si Rubalcaba gana están laminados ellos, como es el caso de Tomás Gómez. Los guerristas ya están contra Rubalcaba. Y, luego, me consta que también está en contra López Aguilar.
Algunos de los actuales pesos pesados parecen empeñados en afianzar a alguna de las personas que suenan como posibles aspirantes y en descartar de forma evidente a otras. En el caso de Alfonso Guerra, lanza mensajes destinados a frenar a la ministra de Defensa en funciones.
En una entrevista concedida a la Cadena SER el 27 de noviembre de 2011, ha definido a Carmen Chacón como una persona «competente», pero ha añadido que: «tiene un solo elemento complicado y es que el PSC se ha cansado de repetir que ellos son otro partido». También pone pegas a las posibles pretensiones de García Page, Patxi López o Fernández Vara:
«Desde el punto de vista de lo práctico, da la impresión de que la eficacia exige que el próximo líder esté sentado en el Congreso»
Este último mensaje coincide con lo defendido por el líder del PSOE en Castilla-La Mancha, el ex presidente autonómico José María Barreda.
Al defender la necesidad de que el próximo secretario general debe estar sentado en el Congreso, Barreda pone un obstáculo en las posibles aspiraciones del toledano García Page. Este último quiso ir en listas para la Cámara Baja pero Rubalcaba no lo aceptó.
Quien sí muestra simpatías por el alcalde de Toledo es José Bono, que quiere que esté en el próximo equipo que lidere el PSOE. Con respecto al PSC, este 28 de noviembre de 2011 ha hecho declaraciones similares a las de Guerra, por lo que queda claro que no es partidario de Carme Chacón.
La dirigente catalana tendría opciones en el caso de que Bono no se presentara. Según Castro:
En torno a Chacón se puede aglutinar un sector muy amplio si no se presenta Bono. En torno a ella se pueden agrupar todos los críticos, que siguen influyendo en sus propios territorios y que pueden hacerle la cama a Rubalcaba.
Tiene, eso sí, un importante sector territorial en contra. El adjunto al director de Negocio dice:
En Andalucía, aunque andan con la boca pequeña diciendo que si uno que si otro, apoyan claramente a Rubalcaba. Sobre todo por una cuestión elemental, si van a las elecciones andaluzas mandando Chacón en el PSOE, es demoledor para ellos.
Quien sí está en el Congreso es Eduardo Madina, quien continuará como secretario general del Grupo Parlamentario Socialista. Sin embargo, el propio Madina se descartó a sí mismo, al menos de palabra, como candidato a ocupar el mismo puerto en el partido.
Otro que ha dado un paso similar ha sido Patxi López, que ha dicho que quiere volver a presentarse como candidato a presidente del País Vasco. En el caso de Madina, parece que ocuparía un lugar destacado dentro de un posible equipo de Rubalcaba al frente del PSOE.
Tomás Gómez es otro nombre que suena con fuerza como posible aspirante a liderar el PSOE. Fue de los primeros en reclamar un proceso «democrático» en el que los afiliados elijan al próximo secretario general del Partido. Marcelino Iglesias da pistas de que apoya claramente a Rubalcaba.
Desde antes de la reunión del Comité Federal de este lunes 28 de noviembre de 2011 se mostró partidario de que Rubalcaba lidere el Grupo Parlamentario Socialista. Esta posición sería muy ventajosa para el derrotado candidato a presidente del Gobierno a la hora de afrontar la lucha por el liderazgo socialista a nivel nacional.
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