¿Gobierno nuevo, políticas nuevas? Muchos votantes del PP se hacen estos días esa pregunta. la manifestación abertzale del sábado en Bilbao para exigir una política penitenciaria dinámica! nos ha recordado que, medidas económicas aparte, las cosas no parecen haber cambiado mucho con la llegada de Rajoy y sus 12 flamantes.
Mientras los proetarras tomaban las calles para seguir chantajeando al país, Francisco José alcaraz, cuyo hermano y sobrinas murieron asesinados por ETA, recibía en Twitter docenas de mensajes carga- dos de odio. Uno de ellos decía: «Voces Contra el Terrorismo es más terrorista que ETA. Triste realidad».
España no sólo es el único país occidental que financia y apoya su propio terrorismo, sino que también tiene el triste récord de ser el único donde las víctimas de los asesinos nacionalistas se ven obligadas a soportar, además de su dolor, el desprecio de una buena parte de la sociedad.
Mal estaba que el PSOE usara todos los medios a su alcance para vender las bondades de Zapatero, pero ¡ojalá se hubiera quedado en eso! La ideología del talante ha implantado en la tierna mente de muchos jóvenes dos ideas: «los terroristas molan» y «las víctimas no molan».
El socialismo posmoderno de ZP, rehén de la imagen hasta la náusea, ha trastocado los principios morales de tal modo que a quienes nos hemos librado de sus garras doctrinarias nos toca dar lecciones tan básicas como las de Barrio Sésamo.
La inmersión ideológica, que ha durado siete años, siete meses y 29 días, requiere una desprogramación más profunda de lo que imaginábamos los tachados, ay, de antipatriotas. Hay que meter en la lavadora todos los asuntos de la realidad nacional para someterlos a un programa de limpieza profunda con centrifugado. De momento, tenemos un buen montón de ropa amontonada. Mucha y muy sucia.