González fue enterrado hace 15 años; ahora le toca a ZP
El PSOE se ha quedado sin ideas. El eslogan elegido para el 38 Congreso Federal -«la respuesta socialista»- es idéntico al que emplearon hace 15 años, en el cónclave donde Joaquín almunia fue elegido secretario general -«la respuesta progresista»-.
Tan sólo difiere el adjetivo, en lo que bien pudiera entenderse como una involución en los planteamientos ideológicos del partido. Sin duda se trata de todo un reflejo de la situación crítica por la que pasan los socialistas, incapaces de articular una respuesta tras los desastres electorales cosechados en los últimos años.
Cualquiera diría que los asesores de marketing y de comunicación de Ferraz advirtieron las similitudes entre el congreso que celebrarán el próximo fin de semana en Sevilla y el de 1997 y decidieron copiar también el eslogan.
Esta vez, como hace 15 años, el PSOE abordará un cambio integral en la dirección del partido, eligiendo nuevo líder y nueva Ejecutiva Federal.
Además, ambos congresos pasarán a la historia como la escenificación del fin de las dos etapas más importantes del PSOE en democracia. El felipismo se apagó tras la derrota electoral de 1996 –que aupó a José María Aznar a la Presidencia del Gobierno– y dio paso a la efímera y desastrosa etapa Almunia en 1997.
José Luis Rodríguez Zapatero le dio el relevo al vasco al frente de la Secretaría General del partido en julio del año 2000 y ahora son precisamente su figura y sus polí- ticas las que agonizan y a las que el PSOE trata de buscar una alternativa, tras la debacle electoral del 20-N.
Desde entonces y hasta ahora tan sólo hay un político socialista que se haya mantenido en la primera línea del PSOE.
Alfredo Pérez Rubalcaba, uno de los activos más importan- tes de la última etapa del felipismo, fiel colaborador de Almunia y álter ego de Zapatero durante sus dos mandatos presidenciales, es ahora uno de los dos aspirantes –junto a su ex compañera de gabinete, Carme Chacón– a erigirse en el cuarto secretario general del PSOE desde su refundación, en el célebre Congreso de Suresnes de 1974.
Otros tres cónclaves socialistas tuvieron lugar entre los mencionados de 1997 y 2012, cuyas características son idénticas. El más recordado de esos tres es el 35 Congreso, en el que los socialistas eligieron a Zapatero como nuevo líder. “El impulso necesario” fue entonces la fórmula elegida para vender el evento, que se presentaba igual de trascendental que el que encumbró a Almunia y el que tendrá lugar la semana que viene.
Entre medias se suce- dieron dos cónclaves más, en plena época dorada del ex presidente del Gobier- no, cuando su poder en el PSOE era absoluto e indiscutible.
En 2004 y 2008 los socialistas rindieron todos los honores a Zapa- tero, ratificándole como secretario general prácticamente por unanimidad, tras las victorias electora- les cosechadas ante el PP de Mariano Rajoy, y apenas se plantearon cambios en las directrices a seguir por el partido.
“El compromiso” y “Socialismo y ciudadanía: más y mejores derechos” fueron los lemas que, respectivamente, se eligieron entonces.