Algunos apuntan a otro canterano de Ferraz, Antonio Hernando, hombre fuerte de Blanco en un principio y reconvertido rubalcabista después
La fortaleza de Tomás Gómez pasó por encima del entonces presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, y del ahora líder del PSOE, Alfredo Pérez Rubalcaba, en el verano de 2010, pero se topó de bruces con la aplastante victoria obtenida por el Partido Popular en mayo del año pasado.
Las primarias que le enfrentaron a Trinidad Jiménez le convirtieron en un ariete contra las «injerencias de Ferraz» y la militancia madrileña le apoyó «por una cuestión de principios», explican fuentes de la Ejecutiva federal.
Desde la sede socialista nadie daba crédito entonces a la decisión de los militantes que habían apostado por un candidato cuyo bagaje no auguraba un gran resultado y al que esos mismos resultados destaparon como un dirigente con menos talante que Zapatero, que acabó despidiendo ilegalmente a trabajadores del PSM que prefirieron dar su voto a la ex ministra de Sanidad.
Era cuestión de tiempo que la criba realizada por Gómez en el aparato de dirección regional se le volviera en contra.
Ahora, a los que nunca le quisieron y hasta se mofaban de su campaña publicitaria, que lo presentaba como un guerrero imbatible, se han sumado aquellos que le secundaron cuando el ex alcalde de Parla plató batalla al patrón Rubalcaba: «Este partido se hace de abajo arriba, no al revés», aseguran todavía hoy.
Estos últimos son la izquierda más pura dentro del PSM y a ellos está intentando ganárselos de nuevo Tomás Gómez, que el viernes presentó en la sede de Callao su proyecto para seguir liderando el partido desde «una laicidad profunda y una socialdemocracia que aglutine a los movimientos que están en la calle», afirmó en referencia al 15-M.
Primer golpe
En la dirección nacional del PSOE la batalla madrileña no está en el orden del día. Esperaban tener más tiempo para poder reorganizar el tablero antes del congreso regional, que, según calculaban, no llegaría hasta mayo.
Sin embargo, fuentes de la Ejecutiva del PSM aseguran que Tomás Gómez, por segunda vez, «ha golpeado primero» convocando casi de urgencia el congreso, que finalmente se celebrará entre el 2 y el 4 de marzo.
De este modo, el secretario general de los socialistas madrileños acorta el tiempo de reacción de su adversario, que todavía no tiene claro quién será su candidato.
Otras fuentes del órgano regional, sin embargo, intentan restar importancia al enfrentamiento permanente en el que viven el líder del PSM y su equipo con la nueva dirección nacional comandada por Rubalcaba.
Para apoyar su tesis, argumentan que el sucesor de Zapatero ha apostado por él integrando a más representantes del socialismo madrileño en la dirección, pero nada más lejos de la realidad.
Uno de los pilares en los que se asienta el proyecto de Gómez, Maru Menéndez, muy respetada dentro de la dirección nacional del PSOE, ha logrado mantenerse en su puesto de vocal de la Ejecutiva, pero no gracias a Gómez sino a pesar de él.
Las otras dos incorporaciones, la de Jaime Lissavetzky y Rafael Simancas, se daban por hechas si Rubalcaba accedía a la Secretaría General, y así ha sido.
El portavoz en el Ayuntamiento es sin duda alguna uno de los hombres fuertes del ex vicepresidente socialista, y Simancas se ha trabajado la confianza de Rubalcaba poco a poco y bajo el amparo del ahora desaparecido José Blanco, que por su parte intenta hacerse con el control de la federación socialista gallega.
Sánchez, con Rubalcaba
El ex diputado y miembro del PSM Pedro Sánchez, que llegó al Congreso de los Diputados con la salida de Pedro Solbes, ha caído de la dirección nacional, pero es uno de los nombres que suena con más fuerza para enfrentarse a Gómez.
Sánchez apoyó a Trinidad Jiménez en las primarias y ha estado al lado de Rubalcaba, trabajando con él codo con codo en la campaña electoral.
Ahora podría aparecer como el tapado que lideraría la opción de Ferraz.
«Está bien considerado, está muy formado, es un chico inteligente, sabe ganarse a la gente y ha visto cómo se trabaja a lo grande, en Ferraz. Además es joven y guapo», sentencia un ex miembro de la dirección socialista.
Esos son los puntos fuertes de este ex diputado, que se quedó a las puertas de repetir en el hemiciclo porque los cálculos demoscópicos fallaron.
Iba en el número 14 de la lista por Madrid y ese era el mejor indicativo, decían entonces los tomasistas, para saber cuáles eran las encuestas que manejaba la dirección nacional del partido y a las que no les dejaban tener acceso.
Sin embargo, por delante de este joven economista se ha situado de forma sorpresiva el ex ministro de Trabajo, Valeriano Gómez, a quien los seguidores del actual líder madrileño no temen «en absoluto».
Es cierto que su afiliación sindical puede llegar a tener mucho peso en la federación madrileña, pero no es suficiente y la falta de carisma de este político es evidente.
Aun así, él se ha resistido a decir de forma tajante que no va a liderar una alternativa a Tomás Gómez y la vicesecretaria Elena Valenciano le ha hecho un guiño al afirmar que es un hombre muy válido que podría ser un gran líder del PSM.
Algunas voces apuntan, sin embargo, a otro canterano de Ferraz, Antonio Hernando, hombre fuerte de Blanco en un principio y reconvertido rubalcabista después.
Es abogado, diputado y a pesar de su juventud lleva bastantes años como responsable del área municipal y autonómica de la cúpula nacional del PSOE.
Pero esa es precisamente la pega que le pone otro socialista, quien considera que Hernando es un gran hombre de partido que domina los entresijos internos de las federaciones pero al que no ven protagonizando ninguna batalla por el liderazgo del PSM.
«Es un fontanero, no un vendedor de pisos».
Desde dentro llegaría el golpe más duro: José Cepeda. Ha sido su mano derecha, aunque en los últimos tiempos el distanciamiento entre ambos parece evidente. De hecho, el viernes en la presentación de Gómez en Callao el diputado regional no asistió.
Él sería su verdadero rival, porque contra él no cabe aquello de «las injerencias de Ferraz» o eso otro de «la dirección nacional no sabe lo que quieren los militantes madrileños», que sí le sirvió para ganar a Jiménez.
Cepeda, además de ser el presidente del Grupo Parlamentario Socialista en la Asamblea, apoyó a Rubalcaba en el Congreso de Sevilla y eso le facilita el ascenso.
La gran baza de Gómez es dinamitar a la oposición interna obligando a la militancia a tener que decidir entre él o la indefinición, entre un proyecto formado y otro que todavía no tiene una cabeza visible.
Este domingo 12 de febtrero de 2012 termina la elección de delegados que votarán en el congreso regional. De ellos depende si el líder regional sigue siéndolo después de marzo de 2012.
NOTA.- leer artículo original en ‘La Gaceta’.