Con el nombramiento del periodista Rodolfo Irago como Dircom del Partido Socialista Obrero Español, se incrementa la confianza del líder socialista, Alfredo Pérez Rubalcaba, en el periodista gallego.
Irago (Vigo, 1966) estudió Periodismo en la Facultad de Ciencias de la Información de la Universidad Complutense y ha desarrollado toda su carrera profesional en la Cadena SER desde el año 1987 cuando comenzó a trabajar en Radio Ferrol.
A los 27 años fue director de los servicios informativos de la Cadena SER en Galicia y en 2000 se incorporó a la redacción central de la SER en Madrid en donde fue primero redactor jefe y asumió el cargo subdirector de informativos como adjunto de Daniel Anido, director de Informativos, siendo todavía Antonio García Ferreras, director de la Cadena SER. Todos ellos siempre bajo la sombra de Augusto Delkáder, la auténtica cabeza del brazo radiofónico de la SER.
Tras la marcha de García Ferreras, Daniel Anido asumió la dirección de la Cadena SER y Rodolfo Irago al cargo de director de Informativos.
La voz del editorial del 14-M: «La SER no ha mentido, Aznar sí»
Rara vez la Cadena SER saca un editorial más allá de las introducciones que realiza cada director de programa al inicio de su espacio. Más raro aún sería hacerlo durante una jornada electoral, pero nadie puede negar que las circunstancias de la jornada electoral del 14 de marzo del año 2004, con el tragedia del 11-M y las acusaciones mutuas de manipulación de los dos contendientes electorales, eran circunstancias extraordinarias.
Durante aquella mañana en la que se estaban abriendo las urnas la dirección de la SER, que lideraban García Ferreras y Anido, decidió emitir un editorial con el objetivo de cargar contra lo que ellos consideraban una manipulación del Gobierno en funciones de José María Aznar y, a su vez, para salir en defensa de la actuación de la Cadena SER, a la que habían criticado desde otras emisoras (fundamentalmente desde Radio Nacional, TVE y la COPE). Y el encargado de leer el editorial fue, precisamente, Rodolfo Irago.
La alocución de Irago comenzó así:
El Gobierno de José María Aznar ha utilizado todos los medios de comunicación público y todos los medios de comunicación privados cercanos ideológicamente para tratar de mantener durante 3 días como única tesis la autoría de ETA en los brutales atentados del jueves en Madrid…
Ciertamente, la SER se apuntó un importante tanto informativo al ser de los primeros medios en señalar la posibilidad de que el atentado del 11-M fuera terrorismo islamista.
Pero su expresión de durante tres días el Gobierno quería señalar «como única tesis» la autoría de ETA resulta un tanto exagerado si se tiene en cuenta de que el propio ministro de Interior, Ángel Acebes, durante la tarde del mismo 11 de marzo ya informó de la posibilidad islámica, aunque insistiera en que la línea prioritaria era la de ETA.
Puyas a Urdaci y Antonio Jiménez
Pero la alocución de Irago no se quedó en eso:
…La presión y la manipulación han sido especialmente destacadas en los telediarios que dirige Alfredo Urdaci en Televisión Española y en la tertulia de Radio Nacional [conducida por Antonio Jiménez]. Toda la información contemplaba sólo la autoría de ETA…
No cabe duda de que los informativos de TVE y las tertulias de Radio Nacional el día 12 de marzo insistieron en la teoría de ETA. En ambos programas se dieron como ciertos datos, como que el explosivo era Titadine, que más tarde quedarían muy discutidos.
Cornadas contra José Manuel Lara y Rouco
En aquel editorial también tuvo tiempo de arremeter contra el cardenal arzobispo Rouco y el presidente de Antena 3, José Manuel Lara.
…La campaña para hablar sólo de ETA ha sido también muy clara en los medios de comunicación privados más cercanos al Gobierno: los medios del empresario José Manuel Lara y desde la COPE, la radio de los obispos de la Conferencia Episcopal que preside el cardenal Rouco Varela…
Autoelogios… ¿exagerados?
Aquel editorial terminaba con un auto-elogio a la cadena.
Los Servicios Informativos de la Cadena SER se reafirman en toda la información que han ido ofreciendo durante esas 72 horas. Información siempre responsable, contrastada y consultada con fuentes de toda solvencia. La Cadena SER no ha mentido, el presidente Aznar sabrá si lo ha hecho.
La SER hacía bien en echar en cara las informaciones erróneas del Gobierno Aznar, que llegó a llamar directamente a directores de medios y corresponsales a darles una información que no era correcta.
Pero no por ello deja de sorprender que el comunicado leído por Rodolfo Irago alardeara de que la cadena SER «se reafirma en toda la información ofrecida» y en lo de «siempre responsable y contrastada», porque hubo dos informaciones dadas que se acreditaron equivocadas. La dada la noche del 11 de marzo por Ana Terradillos apuntado la presencia de terroristas suicida en los trenes. Y la información dada por el propio Daniel Anido en la madrugada del día 13 de marzo insinuando que el Gobierno tenía el video de reivindicación del atentado desde la mañana del día 13. La investigación demostraría que en el atentado no hubo terroristas suicida y que el video de reivindicación no fue colocado hasta el mediodía, por lo que las informaciones no se correspondían a los hechos.
Irago y Anido, absueltos de «revelación de secretos», un triunfo a la libertad de expresión
Rodofo Irago fue condenado junto a Daniel Anido en 2009 acusado por un delito de revelación de secretos. La demanda había sido presentada por el Partido Popular de Madrid.
El motivo arrancaba de las investigaciones de la SER en torno al «tamayazo». Para demostrar una supuesta afiliación irregular en masa de militantes para beneficiar al empresario Francisco Bravo Vázquez. La SER dio en su web el listado de todos los militantes, sus DNI, sus direcciones y sus teléfonos, una primera instancia consideró que se había producido una revelación se secretos.
En junio de 2010 Anido e Irago fueron absueltos al entender la Audiencia Provincial de Madrid que debía primar el derecho a la libertad de información, en este caso para informar de una trama irregular, sobre el de revelación de secretos. Una sentencia, en definitiva, que suponía un éxito para la libertad de expresión.