Como en 2010 con Zapatero, el Gobierno suspende en valoración y los españoles creen que el presidente improvisa y no da confianza
El panorama que pinta el sondeo de Metroscopia que este 29 de julio de 2012 publica ‘El País’, es devastador para Mariano Rajoy. Solo la mitad de los que respaldaron al PP en noviembre de 2011 están dispuestos a repetir su voto.
Por primera vez se observa la desafección de una parte del electorado popular, considerado casi monolítico hasta época reciente.
Dado que no hay convocatorias a las urnas en perspectiva, ese dato solo indica un estado de ánimo y Rajoy, con el calendario a su favor, puede confiar en revertirlo, pero lo tendrá complicado.
Coincidiendo con las medidas de recorte de gasto y aumento de impuestos, rechazadas anteriormente desde el PP, se ha cuarteado la imagen de que este partido es el más competente para manejar la economía, lo cual tampoco mejora la confianza en que los socialistas puedan hacerlo mejor.
La desmoralización y el enfado deslizan a una parte del voto hacia opciones como IU y UPyD, pero, sobre todo, hacia la abstención o la indiferencia.
El barómetro de Metroscopia para ‘El País’ del mes de julio, el primero realizado tras la aprobación de esas medidas, muestra un desplome del PP, que pierde siete puntos en menos de un mes.
Los populares volverían a ganar, pero con mayoría simple y una diferencia de solo 5,3 puntos, que en la anterior encuesta era de 13,9.
Los populares tendrían el 30% de los votos, es decir, han perdido 14,6 puntos en solo ocho meses, todo un récord y un ritmo de caída sin precedentes en ningún otro Gobierno en España, según todas las empresas de encuestas.
No obstante, el PSOE no termina de recoger votos por la precipitada caída del PP. Los socialistas, cuya actuación en la oposición es rechazada también, solo suben 1,6 puntos desde el anterior sondeo y siguen pagando por sus pecados en el Gobierno.
Subraya Fernando Garea en ‘El País’ que el desplome del PP viene, precisamente, de la desilusión de sus votantes, porque su fidelidad de voto se ha derrumbado, como si los ciudadanos no perdonaran el incumplimiento de promesas.
Por primera vez en seis años, el PSOE tiene mayor fidelidad de voto; la del PP ha bajado 16 puntos en menos de un mes.
Sus electores se han ido a la abstención (13 puntos más que el 20-N de 2011) y al voto en blanco, y se detecta hartazgo y desilusión con los dos grandes partidos.
El descrédito, la desafección y la idea del «todos son iguales» que tanto intenta combatir la dirección del PSOE arrastra a ambos partidos y dirige a los ciudadanos hacia la abstención y a opciones que están muy lejos de ser partido de Gobierno.
Así, IU se mantiene por encima del 12% de los votos, recogiendo el malestar de votantes de la izquierda, y UPyD llega al 9,9% con la bandera antisistema, es decir, de la búsqueda de los agujeros institucionales.
Como en 2010 con Zapatero, el Gobierno suspende en valoración y los españoles creen que el presidente improvisa y no da confianza, pero la oposición es aún más rechazada, en un clima de pesimismo y sin que se intuyan motivos para la esperanza.