Los titulares de las carteras de Sanidad y Hacienda están más quemados que la cafetera del Virginiano
No son sólo los periodistas quienes han empezado a hacer ‘quinielas‘ y cruzan apuestas sobre que ministros tendrá que cargarse Mariano rajoy si quiere frenar la marcha hacia el precipicio electoral en la que está metido el PP.
También los dirigentes populares y todo el que tiene algo que ver con la sede de la madrileña calle Génova 13, hacen cábalas sobre quién quedaría fuera del Ejecutivo en una posible crisis de gobierno provocada por los escándalos de corrupción.
Que buena parte de la oposición esté pidiendo las dimisiones de los ministros Ana Mato -por las sospechas de haber recibido regalos de la ‘red Gürtel’– y Cristóbal Montoro -por aprobar una polémica amnistía fiscal de la que podrían haberse beneficiado implicados en esa trama de corrupción- es de manual de política básica.
Que se agite el PP, se esté recolocando el personal y conspiren los que no fueron beneficiados por Rajoy en la ‘piñata‘ de cargos de hace un año, es ya otra cosa.
Y está pasando, porque se especula incluso con la fecha de una posible remodelación de Gobierno.
Hay multitud de opiniones, cinluida la de un sector considerable, que conoce a Rajoy y está seguro de que no movera ficha, fiel a su costumbre de dejar que los asuntos se pudran solos y se sequen después al sol.
En lo que todo el mundo coincide es en que los titulares de las carteras de Sanidad y Hacienda están «más quemados que la cafetera del Virginiano«.
En especial, la ministra Mato, que ha visto como resurgía de su pasado un fantasma que considerfaba definitivamente conjurado.
Los policías de la UDEF enviaron a la Audiencia Nacional, hace unos días, una ampliación de un antiguo informe en el que demuestra a que ella y su exmarido, Jesús Sepúlveda -implicado en el ‘caso Gürtel’ pero todavía con puesto fijo y esplendido sueldo en la dirección del PP nacional-, se beneficiaron de presentes de la red corrupta entre los años 2000 y 2004.