Los españoles de a pie, con criterio propio, creen que por el edificio de la gaviota de la calle Génova han rodado manzanas pochas
Artículo publicado en ‘La Gaceta’ el 8 de febrero de 2013 y que reproduce Elsemanaldigital, diario online que dirige su autor.
Dadas las fuentes de Antonio Martín Beaumont, cuyo conocimiento de lo que ocurre en la sede popular de la madrileña calle Génova está por encima del de cualquier otro periodista, nos permitimos volverlo a dar, porque tiene un indudable interés para todos los lectores y aclara muchas cosas sobre las cuitas del PP, sus sudores fríos debido a la ‘libreta secreta’ de Bárcenas y las peleas entre sus figurones:
Dicen los encargados de destripar los resultados electorales que no importan tanto los casos de corrupción en sí mismos como la reacción que un partido o un gobernante muestran ante ellos.
Y que hay crisis cuando las iniciativas arrancan o se frenan a destiempo.
Este recado el PP siempre lo ha entendido a palos. Así ha sido también esta vez ante el envite de Luis Bárcenas. Un terremoto de fuerza 10 Richter sobre Génova 13.
Sobreponiéndose a la adversidad, María Dolores de Cospedal, reunió a los secretarios generales regionales y tocó a rebato:
«Las nuestras son unas siglas fuertes y vamos a demostrar las falsedades que se están lanzando».
A los congregados correspondía llevar el mensaje a gentes acostumbradas estos meses a dulcificar sólo píldoras amargas enviadas desde La Moncloa.
Cospedal, en su angustia, incluso tuvo que llamar a filas a niños y reservistas del partido.
Esteban González Pons, mostrando lealtad, regresó de Elba y demostró, una vez más, que es quien mejor apunta en el Partido Popular cuando hay que dar oxígeno a los suyos porque les falta el resuello.
No es casualidad que el vicesecretario general de Estudios y Programas fuera el encargado de responder públicamente el domingo a Alfredo Pérez Rubalcaba cuando éste pidió la dimisión de Mariano Rajoy por su «incapacidad».
Los españoles de a pie, con criterio propio, creen que por el edificio de la gaviota de la calle Génova han rodado manzanas pochas. Y desean saber que eso nunca más va a ocurrir.
Tarea prioritaria para una Dirección nacional limpia de polvo y paja. No se trata de ir contra nadie ni sentirse amenazado por los que están cerca.
Así sonó en clave interna la advertencia de la secretaria general durante su cita con los mandamases territoriales:
«Si algún listillo cree que podría hacerlo mejor o de otra manera… lo siento por él».
No todo es siempre una vendetta. Y acierta cuando apuesta por la mano dura con los corruptos:
«Si alguien tiene algo que esconder, el partido no lo va a proteger».
Ahora, la mujer del César no solo debe ser honesta, sino parecerlo.
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