Después de que Mariano Rajoy publicara sus declaraciones de la renta, Alfredo Pérez Rubalcaba ha informado el 14 de febrero de cuánto gana, 67.229 euros anuales, y se ha comprometido ha publicar su propia declaración. Periodista Digital ha hablado con la jafa de Opinión de El Mundo para que analice la valía de este tipo de acciones por parte de los partidos y sus lideres.
¿Debería ser obligatorio de los líderes políticos hicieran pública su declaración de la renta?
«Creo que no. Esto es una tontería que les ha dado ahora a los políticos y que no sirve para nada. Todo lo contrario, sirve para que la gente piense que los políticos ganan mucho. Creo que este es un mal paso. Si lo que pretenden es dar la sensación de limpieza y combatir la corrupción, esta no me parece la mejor solución. No sirve para nada y, en estos momentos, a la gente cualquier cantidad le parecerá demasiado para que la ganen los políticos».
La corrupción no está en la declaración de la renta, ni en el sueldo ni en la declaración de patrimonio. La corrupción está en otra parte.
¿Debe el PSOE imitar al PP y hacer públicas sus cuentas?
«Ni mostrar las cuentas, ni mostrar el sueldo o la declaración de la renta es una buena manera de combatir la corrupción, porque no sirve para nada. Pero supongo que si el Partido Popular ha puesto la pelota en el tejado del PSOE, el Partido Socialista se verá obligado a hacer públicas sus cuentas. Aunque todo esto me parece inútil y lo veo en general como una tomadura de pelo».
Hay mucha transparencia para lo que ellos quieren. El PP nos da las cuentas pero luego no nos dice lo que le pagaron a Bárcenas, ni el PSOE no nos dice nada de su gerente, Cornide, que el pagó no sé cuánto a una empresa de asesoría.
«Lo que tiene que ver con la corrupción lo aclaran poco, pero sus cuentas lo aclaran mucho. Me parece que están un poco perdidos».
¿Cree que van a tomar los partidos medidas reales para aclarar los casos de corrupción y van a combatirla?
«Creo más en la labor de Justicia, en lo que hagan los jueces y los fiscales, que en lo que hagan los partidos».
La tentación de los partidos es defender a los suyos, y lo han demostrado. Si dentro de tres meses me demuestran lo contrario, les creeré, pero mientras tanto no.