Decidieron no hacer olas, convencidos de que un montón de dinero y mucha cortesía 'neutralizarían' al avaricioso extesorero
No s elo cree ni el que asó la manteca. Nocuela, por muchas vueltas que le den y aunque retuerzan las palabras y se inventen figuras laborales.Como escribe Cristina d ela Hoz en ‘Voz Populi’, los finiquitos y los contratos corresponden a la gerencia y a la asesoría jurídica.
Así se administran las cuestiones de personal en la sede nacional del Partido Popular y constituye la justificación respecto a lo pasado en torno al «despido» en «diferido» o prorroteado con pagos a la Seguridad Social que disfrutó Bárcenas desde abril de 2010 a enero de este año.
Y quien era en abril de 2010 gerente del partido respondía al nombre de Cristóbal Páez, imputado en la rama valenciana del caso Gürtel y al que los ojos también se volvieron tras la publicación de los papeles «apócrifos» de Luis Bárcenas en ‘El País’, aunque el PP atribuye dicha «filtración» a Jorge Trías Sagnier.
Las relaciones entre Bárcenas y Páez no fueron demasiado fluidas en la planta sexta de Génova, o eso se decía por los pasillos de la sede y hasta se llegó a comentar en su momento que el ex tesorero puso como condición para su salida que también se prescindiera de los servicios de éste, cosa que se produjo en mayo de 2010.
Tiempo hubo de pactar una solución imaginativa, pero las malas relaciones cuestionan que le hiciera el «favor» de seguirle pagando un sueldo cuando se supone que habían prescindido de sus servicios, aunque los medios consultados insisten en apuntar en esa dirección.
Dos años después, en abril de 2012, vino la imputación de Páez, también por sus supuestos vínculos con la trama corrupta de Francisco correa.
Los términos del acuerdo con el ex tesorero pillaron por sorpresa a muchos de los dirigentes que trabajan en el número 13 de la calle Génova, entre ellos, a buena parte de los que acuden los lunes al comité de dirección que preside al secretaria general, María Dolores de Cospedal.
Precisamente, desde la sede nacional, destacan que ésta no hubiera aceptado bajo ningún concepto un acuerdo de esas características con una persona de la que intentó prescindir en cuanto se vio salpicado por la Gürtel.
Cuesta creer, sin embargo, que Páez actuara por su cuenta y riesgo salvo que el ‘cortijo‘ que había creado Bárcenas en la quinta planta le permitiera incluso diseñarse un despido a la medida que resulta que no lo era o, al menos, que no tenía apariencia de tal.
Lo más lógico y probable, como sugieren policías de la UDEF a Periodista Digital, es que gente poderosa en el PP, alguno o algunos de los que más trataron con Bárcenas y quizá se beneficiaron de la relación decidieron no hacer olas, convencidos de que un montón de dinero y mucha cortesía ‘neutralizarían‘ al avaricioso extesorero.