Una de las principales pruebas de la acusación en el caso Gürtel podría quedar invalidada. Las grabaciones efectuadas a los imputados en el caso, realizadas por orden del juez Garzón entre 2006 y 2007, aún no han sido autentificadas mediante la prescriptiva prueba pericial, y ello a pesar de que han transcurrido ya cuatro años desde la apertura del proceso.
Más aún: dicha prueba pericial es imposible porque han desaparecido los soportes y aparatos originales. Lo que el juez tiene en su mano son discos compactos (CD) que registran a posteriori las grabaciones originales y que, por tanto, perfectamente podrían haber sido manipulados.
En esas condiciones, tales CD no sirven como prueba. Y si esto es así, el proceso podría quedar invalidado.
En noviembre del año pasado, la defensa del constructor García Pozuelo, representada por el abogado Javier Iglesias, pidió al juez Ruz la prueba pericial de las cintas que incriminarían al interesado. La defensa esgrimía una orden del Tribunal Supremo en ese sentido. El juez Ruz cursó solicitud a la Policía para «determinar si las grabaciones han podido ser objeto de cualesquiera manipulación» (sic). El 19 de diciembre llegaba la solicitud a la Sección de Acústica Forense de la Unidad Central de Criminalística, de la Policía Científica. Con la solicitud, según los documentos policiales a los que ha tenido acceso La Gaceta, se adjuntaban un CD y un DVD.
Dos días después, el 21 de diciembre, el comisario jefe de la Unidad de Criminalística, Edmundo Gerez, contestaba al juez Ruz en un documento con número de referencia CGPC 18189. En ese texto la Policía informaba al juez de que ambos soportes contienen aproximadamente 62 horas de grabación, divididas en 24 piezas, 23 de ellas en el DVD y una en el CD. Se trata fundamentalmente de grabaciones efectuadas a Francisco Correa e Isabel Jordán entre febrero de 2006 y diciembre de 2007. Pero lo más importante de la respuesta policial no era el detalle de los contenidos, sino la evaluación de la posible autentificación de las grabaciones: imposible.
«Para llevar a cabo un análisis de autentificación exhaustivo -dice el texto policial- será necesario disponer, tanto de la grabación original, como del conjunto de elementos de registro utilizados en el acto de grabación (micrófonos, equipos grabadores, cables de conexión, etc.)». ¿Por qué? Porque «la ausencia de alguno de estos elementos o soportes podrá incidir en la formulación de las conclusiones de estudio resultando, en cualquier caso, imposible determinar la existencia o no de las distintas alteraciones que pudieran ser detectadas». Criminalística pide al juez «la aportación del dispositivo o dispositivos con los cual (sic) se efectuaron las grabaciones». Y bien: ¿dónde están esos «dispositivos»? No están. Y ese es precisamente el problema.
Así las cosas, hace ahora un mes -a primeros de febrero- el abogado Iglesias trasladó a la Fiscalía su propósito de reservarse la solicitud de pedir la nulidad de las actuaciones judiciales y el consiguiente archivo del procedimiento. En efecto, en el caso de que no apareciesen las grabaciones originales que dan origen a la causa, la principal prueba de la acusación quedaría invalidada.
La investigación del caso Gürtel empezó en el año 2006 y el proceso se abrió en 2009. En todo este tiempo nadie ha podido autentificar las grabaciones que desencadenaron el proceso. Ahora la Fiscalía debe contestar a la petición de Iglesias. Ha pasado más de un mes y todavía no lo ha hecho.
