PD entrevista al ex consejero de Economía de la Comundidad de Madrid y autor de 'Pisando charcos'

[VÍDEO ENTREVISTA] Percival Manglano: «Nadie ha preguntado a los ciudadanos si quieren que una parte de sus impuestos financie los partidos políticos»

"Las reglas de la democracia estás subvertidas desde el momento en que los diputados responden ante los partidos y no ante los ciudadanos"

Pisar charcos suele considerarse un descuido, un defecto, algo a evitar. Pero hoy, en política, es claramente una virtud, una condición indispensable para avanzar.

Las reformas iniciadas hasta ahora en España no han llegado al corazón de nuestros problemas al evitar cambiar las grandes reglas de juego políticas. El autor propone en este libro los profundos cambios que necesita el país: introducción de listas abiertas, renovación de las circunscripciones electorales, elección de los cargos y candidatos de los partidos a través de primarias, financiación privada de estos, separación radical partido-Estado y, en general, fin del inmenso poder que han acumulado las cúpulas de los partidos.

Estas reformas cambiarán los incentivos que marcan el comportamiento de los políticos de forma que:

  • Se sometan a la voluntad de los ciudadanos y no a las cúpulas de sus partidos.
  • Ejerzan la lealtad con los votantes y no con otros políticos o entidades.
  • Sean verdaderos representes de los ciudadanos y no meros delegados de sus partidos.

La administración española también debe abundar en sus reformas acabando con los puestos vitalicios para los funcionarios, dando mayores facilidades a los empresarios (como, por ejemplo, ocurrió en el caso Eurovegas), introduciendo el criterio de capitalización en las pensiones y, en general, asegurando que el Estado gestione menos y supervise mejor. Todo ello permitirá asegurar una subordinación del Estado al interés de los ciudadanos.

EXTRACTOS DE LA ENTREVISTA

Desde el momento en el que un diputado o un concejal le debe la elección no a los ciudadanos sino a la cúpula de los partidos, que establecen las listas electorales, el incentivo está equivocado y las reglas básicas de la democracia están subvertidas puesto que no se rinde cuentas ante quien hay que hacerlo, que es el ciudadano, y se rinde pleitesía ante unas cúpulas que acumulan un poder exagerado.

«Tiene que haber primarias en los partidos. Para elegir no sólo a las cúpulas de los partidos, dándole mucha mayor voz a los militantes de los partidos, sino también para elegir a los candidatos. ¿Por qué un alcalde o un diputado o un candidato a presidente de una comunidad autónoma no va a poder ser elegido en primarias con un proceso abierto en el que se diga abiertamente cuáles son las razones y los argumentos con los que se presenta el candidato dentro de su propio partido?»

El ciudadano está financiando a los partidos lo quiera o no. En el momento de votar una parte de sus impuestos, en las elecciones generales son 50 céntimos, está yendo a financiar a un partido político. ¿El ciudadano quiere que eso sea así? Pues nadie se lo ha preguntado y lo está haciendo porque está obligado.

«[La financiación pública] evita que las cúpulas de los partidos tengan que rendir cuenta hacia abajo, hacia sus militantes, porque en el fondo no viven del dinero que les dan los militantes. Y yo estoy convencido, porque lo he visto dentro del PP, que los militantes estarían dispuestos a pagar más y a pagar sus cuotas más regularmente siempre y cuando eso les supusiese una mayor voz dentro del partido».

La financiación privada sería un incentivo para el cumplimento de los programas electorales. Si un partido se presenta con un programa y después lo incumple, el riesgo al que se enfrenta es que los afiliados y los simpatizantes dejen de financiarlo.

Percival Manglano, Pisando charcos. Incentivos para regenerar la política española. Esfera de los libros, 2013.

 

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Autor

Antonio Chinchetru

Licenciado en Periodismo y tiene la acreditación de suficiencia investigadora (actual DEA) en Sociología y Opinión Pública

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