Marta Nebot, que ha sido el gran fichaje de ‘El Programa de Ana Rosa’, ha iniciado el último mes una cadena de entrevistas. Aunque la mayoría las hacía en una cafetería, en el programa del 21 de marzo de 2013 la realizó en un despacho, el del ex vicepresidente del Gobierno, Alfonso Guerra, uno de los políticos de mayor prestigio, figura clave de la Transición democrática (es el único diputado de 1977 que permanece en el Congreso).
GUERRA: «EL BALANCE DEL PRIMER AÑO DE RAJOY ES LA INCOMPETENCIA»
Si algo no le ha faltado a Alfonso Guerra es claridad al ser preguntado por Marta Nebot. El político andaluz tenía claro su opinión que, probablemente, sea compartida por un importante segmento de la población española:
Nebot: – ¿Si tuviera que poner un titular al primer año de Rajoy, cual sería?
Guerra: – Incompetencia y dedicación a intereses grupales más que nacionales.
Nebot: – Hoy es noticia de que las comunidades que no cumplan con el déficit no van a tener ayuda…
Guerra: – ¡Para transplantes! ¡Que es algo de una espiritualidad extraordinaria. Que los seres humanos presten órganos para que otros puedan vivir y España es el líder mundial. No hay un país en el mundo entero de los 190 países de la ONU que done tanto a ese respecto. Es el primero. Y, mire por donde, por ahí van a recortar. Dios mío. ¿Es que no hay otras cosas que recortar? Yo soy muy partidario de lo público, a pesar de que la Televisión Española ahora como está, que es una televisión pública horrorosa
PREGUNTADO POR COMO GESTIONA EL PP EL CASO BÁRCENAS: «¿AH, PERO LO ESTÁ GESTIONANDO?»
El sarcasmo que hizo célebre a Alfonso Guerra en los años en los que era señor todo-poderoso del PSOE no han desaparecido del todo, y algo se asomó al ser preguntado por el ‘caso Bárcenas’.
Nebot: – ¿Qué me dice de cómo está gestionando el PP el caso Bárcenas?
Guerra: – ¿Lo está gestionando?
Nebot: – Bueno…
Guerra: – ¡Lo está ocultando! La primera vez que el PP llegó al Gobierno, yo recuerdo a una persona que nombraron vicepresidente y le preguntaron como veía los salarios del Gobierno anterior y dijo: «cuando me he enterado de lo que cobra un vicepresidente… con eso no tengo ni para pagar la renta de mi casa. Es decir, que tenían que tener un complemento, es evidente».
Nebot: – Eso lo dijo un vicepresidente del Gobierno
Guerra: – Un vicepresidente.
Nebot: – Álvarez Cascos
Guerra: – Si usted lo dice. (…)
GUERRA SOBRE GÜRTEL: «AQUÍ HA HABIDO UNA ESTRUCTURA ORGANIZADA PARA OBTENER DINERO DE EMPRESAS QUE IBA AL BOLSILLO DE LOS DIRIGENTES, INCLUIDO EL PRESIDENTE»
Guerra: – Los jueces dirán, pero la impresión que da es que aquí ha habido una estructura organizada para obtener dinero de empresas y luego repartir ese dinero, bien en la cosas del partido o bien en el bolsillo de los dirigentes, porque ahí parece que estaban todos, incluido el presidente del Gobierno. Claro, que se dimita por una multa de tráfico y no se dimita por una cosa así es bastante escandaloso.
Nebot: – Aquí se dimite poco.
Guerra: – No estamos en África, estamos en Europa. Aquí se dimite poco, alguna gente dimite. Yo dimití.
Nebot: – Eso es verdad. Pero se dimite poco.
Guerra: – Poco. Y ahora se hace el invento de Pujol, «¡yo delego!». Parece un Rey abdicando, «delego por si luego vuelvo».
Nebot: – Porque al delegar pones para que te suceda quien tu quieras.
Guerra: – Poner a un hombre de paja «que ya le diré yo lo que tenga que hacer».
EL CASO JUAN GUERRA
Alfonso Guerra dimitió en 1991 como vicepresidente del Gobierno en medio del deterioro de sus relaciones con el entonces presidente Felipe González y, en especial, por el ‘caso Juan Guerra’. Los medios de comunicación en aquel momento aún trataban bien al presidente y concentraban toda su furia sobre Alfonso Guerra.
El ‘caso Juan Guerra’ denunciaba que el hermano del vicepresidente, Juan, usaba un despacho oficial de Sevilla para hacer negocios (con el cargo de ‘asesor’). Alfonso Guerra compareció en el congreso en febrero de 1990 para negar que conociera las actividades de su hermano, dando pie a bromas y chanzas sobre cómo no iba a conocer el vicepresidente lo que hacía su hermano. A pesar de que nunca fue ni imputado por aquel caso, Alfonso Guerra dimitió. En lo que se refiere a Juan Guerra por aquella ocupación del despacho fue condenado por ‘usurpación de funciones’ en primera instancia, pero absuelto por el Tribunal Supremo. No obstante aquella absolución no impidió que Juan Guerra tuviera que enfrentarse a una cadena de juicios por pequeños chanchullos vinculados a engaños a Hacienda. Al frente de la acusación en los juicios: los abogados de Izquierda Unida, del Partido Andalucista y de Ruiz Mateos (no, curiosamente, el PP).
Juan Guerra sería condenado a dos años de cárcel por no pagar a Hacienda 41 millones de pesetas de su declaración del IRPF y, en otro juicio condenado a seis años de inhabilitación por prevaricación en el caso Fridex, vinculado a la recalificación de una parcela en Alcalá de Guadaira. En este caso, la sentencia sí sería ratificada por el Tribunal Supremo.
A pesar de que el ‘caso Juan Guerra’ era de una dimensiones bastante reducidas en comparación con otros caso que iban a estallar en apenas unos años (como el ‘caso Roldán’) o con el dinero del que se habla en casos como el ‘caso EREs.’ o el ‘caso Bárcenas’ que se juzgan en la actualidad, el PP y sus medios afines lograron que a principios de los noventa calara la idea de que Alfonso Guerra era el chorizo mayor del reino.