El actual presidente de la Junta Rectora de IFEMA, José María Álvarez del Manzano y López del Hierro (Sevilla, 17 de octubre de 1937) es uno de los ‘padres’ y ‘protagonistas’ de la Transición política desde el ayuntamiento de Madrid. En su trayectoria entre aliados y rivales, fue testigo de toda de la evolución política madrileña. El político comparte recuerdos de su trayectoria política con Periodista Digital.

José María Álvarez del Manzano
¿Cuál es la razón de la creación de UCD con liberales, democristianos, socialdemócratas y ex franquistas?
Teníamos todos una ilusión común. Que el país prosperase, que se hiciera una transición sin traumas, que se pudiese pasar de un régimen a otro sin alteración en las vidas de gente corriente. Esa ilusión era compartida por todos, de derechas y de izquierdas. Por eso surgieron los Pactos de la Moncloa. Es importante decir que ahí hubo un grupo de profesionales que decidieron meterse en política para prestar sus servicios a España, eso realmente fue difícil, pero muy satisfactorio.
En las primeras elecciones al ayuntamiento de Madrid iba de número 2 en la lista de UCD
A mí quien me convocó fue José Luis Álvarez. Yo estaba en Agricultura, inicialmente no quería. Álvarez me convenció de que fuera en las listas. Adolfo Suárez quiso que fuera yo de número 2.
En esas elecciones se hizo con la alcaldía Tierno Galván
Ganamos nosotros. Pero se produjo un pacto que se había negado en campaña. El PCE liderado por Tamames y el PSOE de Tierno habían negado durante la campaña que fueran a hacer coalición. Pero la misma noche electoral, se habían puesto de acuerdo para pactar y apartar de la alcaldía a José Luis Álvarez con lo que se demuestra la falsedad del PSOE desde siempre. Álvarez pasó a ser ministro y me quedé yo al frente de la oposición.
Entre los concejales de UCD en aquel momento estaba Florentino Pérez…
Claro, claro. Yo tenía en mi equipo de concejales a Alberto Ruiz Gallardón, a Esperanza Aguirre, a Florentino Pérez, a Herrero de Miñón y a Mercedes de la Merced.
¿Qué balance hace del mandato de Tierno? Para algunos fue un alma de la reconciliación, por ejemplo con el crucifijo, pero para otros, como Pablo Castellano, un desastre.
A mí me parece que fue una gestión más de formas que de fondo. No abordó los grandes problemas de la ciudad se dedicó a plantear problemas de caracter filosófico, pero no hizo una gestión útil para Madrid.
El ‘caso Alonso Puerta‘
Alonso Puerta fue el primero que descubrió un caso de corrupción en la administración pública. El decía que había habido una empresa de saneamiento que había dado dinero al PSOE para obtener determinadas concesiones. En el PSOE se pusieron muy en contra de Puerta, yo le apoyé.
Hubo una comisión de investigación en la que se me echó a mí, que era el líder de la oposición. A petición de Mangada (entonces en el PCE, luego en el PSOE) se dijo que la oposición no podía estar en la comisión de investigación y me excluyeron.
Yo coincidí con Puerta en ‘La Clave’ (TVE), junto al alcalde de Zaragoza y un concejal de Oviedo llamado Paco Álvarez Cascos. (…) Al final lo echaron como concejal. Luego hubo una sentencia que aclaró que el escaño era de la persona y no del partido. Por lo que luego tuvieron que pagarle por todos los meses que estuvo fuera del ayuntamiento.
Cuando se rompe UCD nace el partido democristiano (PDP), que haría coalición con AP de Fraga y los Liberales y usted en la ejecutiva con José Ignacio Wert.
Estaba Wert conmigo, sí. Ambos nos conocíamos bien porque antes nos había llamado Adolfo Suárez para que formáramos parte del primer consejo de RTVE. Y como la presidencia era rotatoria. El primer presidente del Consejo de RTVE fui yo. Inauguramos el consejo y estaba conmigo Wert, Domenech y Plaza representando a UCD.
En las elecciones 1983 usted va de número 2 en las listas de Coalición Popular. De primero va Vestrynge de AP, luego usted del PDP y tercera Esperanza Aguirre del PL. Pero acaba otra vez usted de líder de la oposición.
Ahí hubo un pacto. Yo no quería ser número 2 de Vestrynge de ninguna manera. Él era el secretario general de AP. Óscar Alzaga y Manuel Fraga me convencieron. Nos unimos y puse una condición «si gana Vestrynge me voy del ayuntamiento, pero si no gana el que se va es él». Y como perdió ante Tierno Galván, tuvo que dimitir y no llegó ni a tomar posesión como concejal.
Coalición Popular se formó entre AP y los democristianos, cuando se rompió la coalición, usted optó por quedarse en AP.
Cuando Oscar Álzaga dice que quiere romper con AP con carácter general, yo me opongo a que se rompa en el ayuntamiento. La única forma de ganar al PSOE era uniéndonos y, por tanto, yo en el ayuntamiento no rompía. Eso no sentó nada bien en las filas del PDP. Alzaga me expedientó. Pero los de AP con Luis Eduardo Cortés, los democristianos conmigo y los liberales de Esperanza Aguirre nos quedamos juntos en AP. La coalición se rompió en todas partes menos en el ayuntamiento.
Tras las elecciones de 1987 el centro-derecha (AP y CDS) sumaba mayoría absoluta, pero gobernó Juan Barranco (PSOE).
No gobernamos porque no quiso Rodríguez Sahagún (CDS). Me negó la mayoría absoluta. Agustín no quiso.
En 1989 se produce el llamado ‘asalto a Madrid’. PP y CDS presentan la moción de censura para que el candidato de la tercera fuerza, Rodríguez Sahagún, se haga con la alcaldía.
Era una doble censura. En la Comunidad para quitar Leguina y poner a Gallardón y la del ayuntamiento para quitar a Barranco y poner a Sahagún. Yo me negaba a la moción de censura, porque sabía que en la comunidad la íbamos a perder porque un tránsfuga nuestro, Piñeiro, que había fundado un partido ‘madrileñista’, no respaldaba la moción. Entonces íbamos a renunciar al ayuntamiento y no íbamos a ganar la comunidad. Además, yo no quería quitar a un alcalde con moción de censura. Yo era el líder de la oposición y tuve que renunciar a favor de Sahagún.
En las elecciones de 1991 el CDS se desintegra, ya sin Sahagún, que renunció sin quedar claro por qué…
Estaba muy enfermo. El último año se le veía ostensiblemente con muchas dificultades y no se presentaba. Tampoco las encuestas le daban mucho.
En esas elecciones el PSOE pegó un bajón y usted sacó mayoría absoluta
Sí, mayoría absoluta tres veces seguida. La gente entendió que en la moción de censura había habido una injusticia porque no fuera yo el candidato. Pero además hubo una gestión buena en el periodo 89-91. Por eso me votaron. Recuerdo que las encuestas no me daban la mayoría absoluta, pero yo sabía que iba a ganar. En las elecciones anteriores los vecinos me daba palmaditas, pero en esas la gente venía y me decía «te voy a votar».
¿Qué pasó entre usted y el popular concejal Ángel Matanzo, enemigo de Wyoming?
Ángel Matanzo era una buena persona, pero llegó un momento en que tomaba las decisiones de un modo muy directo, unilateral, sin contar conmigo y le llamé la atención. A lo largo de ese tiempo entro en colisión con otro concejal, Pedro Ortiz. Al final yo los llamé a los dos y les quité las competencias a ambos. Nunca votaron en contra mía en lo que quedó de legislatura.
Lideró una escisión, se decía que podía poner en peligro su mayoría absoluta de 1995 y al final usted incluso subió.
Ante mi asombro, un grupo de desaprensivos, engañó a Ángel Matanzo, le dijeron que era el más popular de Madrid y que el ganaba las elecciones de calle. Me llegó a enseñar él las encuestas que decían que era el más popular de Madrid. (…) Un grupo de desaprensivos estuvo viviendo de él durante ese tiempo. El llegó a decirme ‘cómo iba a ganar’ que quería pactar conmigo. Yo le dije: «Ángel, te estás engañando, ni vas a ganar ni lograrás entrar como concejal». Le engañaron miserablemente.
¿Como valora a Fernando Morán, su rival del PSOE en las elecciones de 1999?
Fue más eficaz como rival Barranco, porque sabía del ayuntamiento, se manejaba mejor. Más difícil desde el punto de vista de la apariencia Fernando Morán. Morán había sido una figura de primera categoría, había sido ministro de Exteriores. Pero desconocía las técnicas del ayuntamientos. Para mí la campaña fue más fácil frente a Fernando, que frente a Juan. Pero en la campaña de 1999 no conté ni un solo chiste de Morán, de los muchos que corrían entonces, porque decían que era muy despistados.
Ahora hay alcaldes imputados por el tema de Francisco Correa. ¿Algún empresario, tipo Correa a su despacho u otro similar para proponerle cosas?
Siendo delegado de Hacienda hubo uno que me propuso alguna cosa y no le dejé ni que acabara. Se fue del despacho. Pero como alcalde nunca. Desde fuera, en alguna ocasión me pudieron intentar proponer algún negocio, pero ni les oía. Pero Francisco Correa no se acercó, no se atrevía.
Usted se retiró voluntariamente en 2003
Tras ganar la segunda vez ya quise retirarme y Aznar me convenció de que siguiera una más. (…) Lo que sí hice fue terminar los mandatos, yo creo que los mandatos deben terminarse (…) Mucha gente se cree que el partido no quiso ponerme. No me quitó, me quite yo sólo. (…)
Cuando dice que los mandatos deben terminarse, se puede leer una crítica a Esperanza Aguirre, que dejó su mandato a mitad.
No. No critico a nadie. Digo lo que yo pienso y lo que hago. Cada cual es libre. Nunca me atrevería yo a criticar a mi amiga Esperanza Aguirre.
¿No quiso marcar a algún heredero, a algún ‘delfín’ que liderara a los ‘manzanistas’ frente al nuevo alcalde Gallardón?
Dos querían sucederme: Esperanza Aguirre y Mercedes de la Merced. Yo creía que el partido elegiría a Mercedes de la Merced. Pero al final eligieron a Alberto Ruiz Gallardón [que pasó de la presidencia a la alcaldía]. Lo que está claro es que yo no quise ejercer ningún tipo de influencia ante el nuevo equipo, ni siquiera a través de mis concejales.
Tras su marcha estalla la guerra entre Esperanza Aguirre, presidenta de la Comunidad y Gallardón, alcalde.
Aguirre versus Gallardón, eso es consecuencia de los puestos. Pasó entre Leguina-Barranco, Leguina-conmigo, Gallardón-conmigo y Gallardón-Aguirre. Porque la comunidad es un invento nuevo. El que tiene años de existencia era el ayuntamiento. El que tenía todas las competencias era el ayuntamiento. Y los presidentes de Comunidad han querido tener presencia activa con la capitalidad y han intervenido mucho. Por eso cuando había discrepancias por las competencias yo le daba siempre la razón al ayuntamiento [Gallardón].
¿Qué opina de los candidatos ‘paracaidistas’ del PSOE como Trinidad Jiménez o Miguel Sebastián?
Ese ha sido el gran error en Madrid del PSOE, ponía candidatos que no tenían ni idea de lo que era el ayuntamiento y navegaban sin rumbo.
¿Conoció a Luis Bárcenas?
No. A Álvaro Lapuerta sí, pero a Luis Bárcenas no.
¿Qué cree, que Bárcenas consiguió ese dinero por gran habilidad financiera, por robar donaciones al PP o por ser intermediario en una trama de comisiones?
Por lo primero no se puede hacer ese dinero. Donaciones, el PP no tiene tanto dinero en donaciones. Por tanto ese dinero ha salido de otras actividades. Lo único que puedo asegurar es que de donaciones al Partido Popular no pueden haber salido 38 millones.
¿Si le pregunto por el matrimonio homosexual me responderá? Porque ahora parece un tabú en el que los del PP bajan la cabeza y prefieren no opinar.
Yo soy contrario a que se llame matrimonio a la unión de homosexuales, absolutamente contrario.
¿No teme que le puedan reñir por decir eso?
Es igual. Lo he dicho dentro y lo digo fuera. Para mí la futura del matrimonio es la unión de dos personas con sexo distinto para constituir una familia. Y a mí me parece bien que haya uniones homosexuales y se regulen, pero eso no es matrimonio.
Ahora, 10 años después nos enteramos que el Ayuntamiento de Madrid le pagó clases de golf a los Aznar.
Me sorprendió. No tenía ni idea. Yo era presidente del Club de Campo entonces. Pero hay un montón de gente que recibe clases. Lo que sí sé es que para ese entrenador era un gran honor tener a la familia del presidente del Gobierno. Pero no sé más de lo que he leído por la prensa.
Esa es una frase célebre de Felipe González
Pero en este caso es verdad, literalmente.
¿Por qué sale esto 10 años después?
Creo que es consecuencia de que en el club de campo se está gestando un ERE, y entonces los afectados por el ERE sacan papeles antiguos. Es su manera de defenderse.
¿Cómo se elegirán a los candidatos del PP a alcaldía y comunidad de Madrid en las próximas elecciones? ¿Dedazo o primarias?
Hasta ahora, las listas se formaban con una participación activa del partido y un ‘consentimiento’ del candidato. Yo me sentaba con Pío García Escudero. Yo decía «yo quiero tener a todos estos’, él decía ‘no, tantos o no, porque tienen que estar estos’. Lo debatíamos. Yo quería gente competente, porque quería que cada concejal tuviera responsabilidades.
Si Ana Botella le pregunta: «¿José María, tú qué crees, me presento a reelección o no?»
Le diría que depende de su estado de ánimo, de la fuerza que tenga, de la capacidad. Pero si se encuentra con capacidad y ha realizado una buena gestión ¿por qué no? Depende de cómo sea la gestión, de si se es competente. Una persona no puede asumir un cargo sólo por estar afiliado un partido. Tienes que tener probada tu capacidad.Y si es del partido, mejor.