¿Sería Felipe González un buen candidato a Presidente de la Comisión Europea? ¿Ofrece el perfil de challenger de un hipotético bloque mediterráneo?
¿Podría unir, por una vez y sin que sirva de precedente, lo que la ideología ha mantenido separado durante décadas: a euroconservadores y europrogresistas?
¿Lo votarían indiscriminadamente las socialdemocracias calvinistas y nórdicas y el conglomerado sociológico-político algo católico, algo apostólico, algo romano de aquí abajo, abajo, como define Bennedetti a cualquier sur geográfico, económico, político y social que le recuerda a cualquier norte que «también existe»…?
Aznar eclipsa el face to face de La Moncloa
Si José María Aznar no hubiese sido tan inoportuno, Antena 3 tan oportunista y la opinión pública y publicada española tan frívola, nos estaríamos haciendo ahora preguntas como esas tras la discreta/secreta reunión de Rajoy y González en La Moncloa.
Pero el árbol caído del marido de Ana Botella no nos ha permitido ver el bosque animado de Europa, donde la licantropía política amenaza el futuro de 450 millones de europeos.
Le hemos dedicado tanto tiempo al fantasma de ese señor que posó en la foto de las Azores, que ha pasado inadvertido el face to face entre Mariano y Felipe.
El morbo de una réplica entre Caín y Abel en pleno paraíso Popular de cartón piedra, le ha ganado el pulso a la reflexión deductiva sobre lo que hacía un chico como tú, Felipe, en un sitio como ése.
Se busca una vacuna contra la «gripe española»
Eso me pregunto yo ahora, oye ¿Qué hacía un exinquilino de visita en su antiguo palacio, donde se marchitan los bonsai y crían telarañas las noches de vino y rosas de la bodeguilla?
¿Hablar del tiempo con su anfitrión, quizá? ¿Fumarse un puro de la paz mientras dilucidaban si Mou debería seguir o no en el real Madrid?
¿Contrastar diagnósticos y terapias sobre ese paciente al que llamamos España, con pronóstico muy grave?
Hombre, no sé. Yo lo que te digo es que esta pandemia de «gripe española» socioeconómica está pidiendo a gritos penicilina europea.
Que en la gripe genuina de 1918, que se llevó por delante a 300 mil almas y afectó a ocho millones de españoles, nuestros pobres antepasados estuvieron esperando inútilmente a Fleming, como los personajes de Beckett a Godot.
La gripe española de ahora afecta a más de seis millones de parados y está dejando a más de un millón muertos en vida, pero al menos se intuye que puede existir una vacuna europea, a ver si me entiendes, aunque Merkel, Bruselas y la Troika se nieguen a distribuirla, ¡oh cielos!, en un aberrante sacrificio masivo humano a los dioses paganos que nos contemplan desde esos Olimpos a los que llamamos mercados.
La estrategia del «caballo de Troya»
A mis escasas luces, Rajoy y otros líderes mediterráneos y socialdemócratas están diseñando un nuevo caballo de Troya. Si no puedes reducir la fortaleza de Bruselas desde fuera, simula una retirada, hazle un agasajo envenenado y déjalo con nocturnidad y alevosía a las puertas inexpugnables de Merkelandia.
Es de lo que ustedes y un servidor, si fuésemos presidentes, claro, estaríamos hablando con Hollande, con Letta, con los primeros ministros de Grecia, de Portugal, de Irlanda, gente así, ante la inminente batalla de las elecciones comunitarias de 2014, en las que se elige por primera vez al Presidente de la Comisión Europea.
Podríamos tener ya una estrategia: operación caballo de Troya. Estarían dilucidando, en París, en Roma, en Atenas, en Dublín, en Portugal, cada uno por su cuenta, sus perfiles de candidatos a Ulises infiltrados en corazón de Bruselas.
Y, en Madrid, capital de España, revisando currículos se habría llegado a un denominador común múltiple: Felipe González.
Premio Carlomagno, amado hijo de la socialdemocracia alemana, Presidente del «Consejo de Sabios» que ha diseñado la Europa de 2030, embajador in pectore para economías emergentes del otro lado del charco Atlántico, extirpador del marxismo que amenazaba con extender metástasis en el socialismo europeo, Saulo converso a la OTAN en pleno camino hacia Damasco.
Es un challenger. Ofrece garantías de poder ganar ese Festival de Eurovisión de las elecciones a Presidente de la Comisión Europea, porque tiene muchas papeletas, dispersas y diversas, para que pueda tocarle esa lotería, ¡Que va a ser una lotería, hombre. Que os lo tengo dicho!
Sólo faltaría el sí de Felipe
Se non è vero, è ben trovato, ¿no? Y sólo faltaría el sí del otrora joven Isidoro, miradle, con la frente marchita y las nieves del tiempo plateando su cráneo.
Cierto es, señores del jurado, que ya renunció a ser Presidente de la Unión Europea en 2009. Pero era una cosa digital, a dedo, ya me entiendes.
Otra distinta es el Felipe de raza enfrentándose a las urnas, que es una cosa que le pone un horror, ahora que navega tranquilo por el Mar de la serenidad de su luna de miel con García Vaquero.
¿Por qué ahora se precipita el buen rollo entre Rajoy y Rubalcaba, entre PP y PSOE, en un arrebato europeísta, ¿eh?