La cita que este 30 de julio de 2013 hizo el juez Ruz a la secretaria general del PP, María Dolores de Cospedal y, a los exsecretarios Francisco Álvarez-Cascos y Javier Arenas, respectivamente, con motivo de la contabilidad B del partido, no ha hace sino complicar aún más la versión que Rajoy dará este jueves 1 de agosto en el Senado para desmontar la estrategia del extesorero Luis Bárcenas.
El juez Ruz ha valorado la importancia del testimonio de Cospedal, Cascos y Arenas porque entiende que sus declaraciones son «pertinentes, útiles y necesarias» para aclarar los ‘papeles‘ que han llevado a Luis Bárcenas a prisión.
La citación del magistrado de la Audiencia trastoca los planes iniciales de Moncloa. Fuentes del Gobierno insistían, hasta el último minuto, en la dirección a tomar por el presidente del Gobierno…
En resumen: más de lo mismo sobre Bárcenas, mucho de economía y, algún anuncio como una reforma de la ley financiación de los partidos, lo que supondría un endurecimiento del código penal para castigar la financiación ilegal de las formaciones políticas, amén de un castigo extendido a los empresarios que logren adjudicaciones ilegales.
Los cartuchos del Gobierno
Con Cospedal, Cascos y Arenas a las puertas de los tribunales, la táctica monclovita se torna más complicada.
En el Gobierno son conscientes de que Rajoy se enfrenta a un debate muy duro y a cara de perro tras las últimas informaciones difundidas por el extesorero del PP Luis Bárcenas, que ha acusado al partido de una contabilidad B y de pagar sobresueldos a la cúpula.
De hecho, algunos grupos como PSOE e IU ya han anticipado que pedirán la dimisión del presidente.
El Ejecutivo, no obstante, guarda todavía algunos cartuchos en la recámara. Este martes, el diario ABC reproducía los errores en la supuesta contabilidad B de Bárcenas, lo cual podría desmontar su estrategia jurídica.
Horas más tarde, el diputado general de Álava, Javier de Andrés, se mostraba convencido de que el extesorero del PP Luis Bárcenas «derivó» a sus cuentas de Suiza el dinero que se recabó en una cuestación, «totalmente legal», que se hizo para poder proteger a los cargos de PP vasco amenazados y «acosados» por ETA. Cospedal era determinante el fin de semana.
«A mí Bárcenas no me va a doblegar».
Mientras, crecen los titulares optimistas sobre el crecimiento económico en España, algo que hasta el propio Financial Times ha llegado a ponderar este miércoles en sus páginas.
Un PP dividido
Pero en el PP hay expectación. Los sms de Bárcenas con Rajoy dividen a los de Génova 13. Por un lado están los que piensan que «no se puede negar el problema, como ha hecho él hasta ahora… y no se puede estar en la absoluta pasividad frente a las patadas que cada día propina Bárcenas».
Por otro, en la línea oficial, están los que defienden a un presidente que «va a estar muy convicente, hasta el punto de abrir una nueva etapa. No va a rehuir a ningún toro», reproducía este miércoles El Mundo.
Las cartas de Bárcenas
Las noticias de Bárcenas siguen ocupando espacios día tras día en los medios de comunicación. Sin ir más lejos, Izquieda Unida acaba de pedir el registro de la casa del extesorero y además, la citación del marido de Cospedal, Trillo y Arenas.
Por otra parte, el juez ha solicitado una fianza de seis millones de euros a la mujer del extesorero, al tiempo que se sabe que el fue el Gobierno el que evitó el paseillo de la esposa de Bárcenas «por seguridad».
En estos últimos días, Luis Bárcenas ha mantenido que a Rajoy se le pagó trajes, corbatas y gafas con dinero B. Y para aumentar más el culebrón, ha querido demostrar, a través de unos correos electrónicos, que mantuvo relación con el actual presidente del Gobierno hasta el mes de marzo.
Para muchos populares, Bárcenas miente más que habla. Un escenario que no refrendan las últimas encuestas publicadas este fin de semana, donde se considera más fiable al extesorero que al presidente Rajoy.
Con estos mimbres, es muy probable que el planteamiento inicial de Moncloa sufra algunos retoques. Esquivar a Bárcenas se antoja poco ambioso. Más, cuando el último mensaje enviado por el susodicho ha sido nítido y contundente:
«Bárcenas está dispuesto a carearse con cualquiera que contradiga su versión, incluso con Rajoy».
El papel de la oposición en el Senado será también determinante.