Por más que este fin de semana unos y otros hayan disimulado, o intentado disimular al menos, en la Escuela de Verano celebrada en Gandía: Dientes, dientes, que diría la folclórica -Comente y lea este artículo en :»Rajoy citó a Barberá para hacerle una oferta que sentencia a Fabra-.
Sin paños calientes. Ya no es sólo que el otrora todopoderoso PPCV esté mordiendo el polvo de las encuestas, sino que además Alberto Fabra tiene el partido manga por hombro fundamentalmente por su carencia de autoridad. A la disidencia valenciana encabezada por Alfonso Rus se ha sumado la alicantina, y ni siquiera en su Castellón le guardan ya las espaldas.
Total, que, irónicamente, ahora el disidente parece el propio presidente de la Generalitat y del partido. Más prófugo de la realidad que un teletubi.
Tan intensa es la luz roja procedente de la Comunidad Valenciana que en el cuadro de mando de Génova 13 la rumorología ha dado un salto cuantitativo: se ha pasado de poner en seria duda su elección como candidato en las elecciones de 2015 a cuestionar que vaya siquiera a acabar la legislatura como presidente.
¿Serían capaces Mariano Rajoy y María Dolores de Cospedal de quitarse de en medio antes de 2015 a Fabra? Puede sonar a política ficción pero yo que ustedes no descartaría esa posibilidad. Teniendo en cuenta que ni siquiera Canal 9 es capaz de controlar… (la directora general de RTVV mantiene una guerra sin cuartel contra el Gobierno regional).
Por lo pronto Rajoy, nada amigo de adelantarse a los acontecimientos esta vez ha hecho una excepción. A mediados de julio llamó a Rita Barberá y la citó en La Moncloa, me cuentan. Una cita que no ha trascendido por lo peliagudo del asunto sobre la mesa: el futuro de Fabra.
Rajoy, que es de los que piensan que los experimentos con coca-cola tanteó a la alcaldesa de Valencia para saber si estaría dispuesta a ser la candidata a la Comunidad Valenciana. Porque en Génova 13 cuentan con los dedos de una mano, y les sobran varios, los dirigentes que consideran capaces de evitar que se consume el haraquiri del PPCV.
Además, están convencidos de que el Tribunal Superior de Justicia de la Comunidad Valenciana echará atrás la imputación de Barberá y Camps en el Caso Nóos solicitada por la Fiscalía Anticorrupción, como también las fuentes judiciales consultadas por este periódico. Ello, un revés judicial, es lo único que podría abortar la operación Rita antes de nacer.
Y en vez de darse por enterado de que la guillotina le ronda, Fabra se las ingenia para seguir metiendo el dedo en el ojo de los suyos.
Este martes la tragicomedia del PPCV se trasladará al Congreso. Allí, el Pleno debatirá la toma en consideración de una reforma del Estatuto de Autonomía valenciano que la pasada legislatura aprobó el Parlamento regional con los votos de populares y socialistas y que tiene al PP nacional, y en especial al Grupo Parlamentario Popular en el Congreso, subiéndose por las paredes.
No en vano, viene a pedir al Gobierno que supedite sus inversiones en la región al peso de su población en el conjunto de España. Total, que allí se plantará para defenderla el portavoz del PP en las Cortes valencianas, Jorge Bellver. ¡Imagínense el papelón! Porque, salvo cambio de ultimísima hora muy poco probable, el PP ha decidido votar en contra de la reforma. Con ese «no» Génova escenificará un sonoro bofetón a Fabra como castigo por no haber frenado la envolvente antes de que llegara a la Cámara Baja.
Y lo peor para el barón valenciano ya no es morir políticamente, sino que como siga haciendo enemigos en Madrid y Valencia nadie le llevará flores.
