Puede que Rajoy haya aprendido del error que cometió Zapatero en 2011
El presidente del Gobierno repetirá como candidato en 2015. La noticia, adelantada por Mariano Rajoy a The Wall Street Journal —«no tengo ninguna intención de retirarme», afirmó al respecto–, ha pasado sin apenas ruido por las páginas de la actualidad de la última semana. ¿Era lo esperado?
Probablemente. El bombazo habría sido que anunciara lo contrario. Pero la no noticia del presidente es, en realidad, una inteligente jugada política de la que puede extraerse una conclusión: nadie debe subestimar a Rajoy.
El jefe de filas de los populares no acostumbra a adelantarse a los acontecimientos. Es más, muchas veces se le acusa de dejar que los problemas se le enquisten demasiado. Ya he hablado aquí mismo de su exitosa forma de gestionar los tiempos.
Pero en esta ocasión se ha curado en salud «por si acaso», señalan fuentes populares consultadas por El Semanal Digital.
Apenas mediada la primera legislatura, con este paso, evita que según avancen los meses pudiera abrirse en el PP un debate al respecto de su continuidad. Ya nadie debería tener dudas.
Echemos la vista atrás. A José Luis Rodríguez Zapatero no le hizo falta aclarar por adelantado que optaría a un segundo mandato en 2008 porque en el primero casi todo iba como la seda para los socialistas, así que era de perogrullo.
Rajoy, a pesar de su mayoría absoluta, no está teniendo una legislatura plácida como la de su antecesor, sino que las cosas se les han complicado mucho a los populares. Y ya se sabe que cuando vienen mal dadas lo de «Fuenteovejuna, todos a una» es mejor ni mentarlo en los partidos.
El miedo es libre. En el PP, claro, existe miedo a iniciar un descenso electoral a los infiernos que comience en las europeas de la próxima primavera, siga en municipales y autonómicas de mayo de 2015 y culmine en las generales medio año después.
El presidente, con su jugada política, evita que haya ‘pirómanos‘ entre sus compañeros con tentaciones de incendiar las siglas de Génova 13 con el argumento de que los recortes le han dejado muy quemado y de que sería mejor presentar a otra candidata. O a otro, cualquiera sabe.
Don Mariano hizo equipaje para ocho años. Y sigue erre que erre con su idea.
Prueba de ello es lo poco que ha tardado en poner un dique de contención a cualquier tesis en contra de su continuidad cuando, sin embargo, en dos meses no ha querido zanjar las especulaciones sobre una remodelación en el partido y en el Gobierno, para desesperación de ministros y cúpula popular.
Puede que Rajoy haya aprendido del error que cometió Zapatero en 2011, cuando esperó demasiado para anunciar que no optaría a un tercer mandato a pesar de que desde 2008 tenía la decisión tomada. O al menos eso dijo él después.
Sea como fuere, Mariano Rajoy ha sido astuto. Siempre suele serlo. Más aún teniendo en cuenta que enfrente de un partido con un candidato claro, hay otro, el PSOE, con un líder que quiere repetir a toda costa en 2015 con la oposición de un buen puñado de postulantes.