OPINIÓN / José Luis Heras Celemín

Bosch, el político que pudo haber sido y no fue

Bosch, el político que pudo haber sido y no fue
Alfred Bosch. CT

Ocurrió en el Congreso de los Diputado, en la Sesión de Control al Gobierno del miércoles día 19 de marzo, el día en que la Iglesia Católica celebra la festividad de San Jose, cuando los hijos honran a los padres, y a unas horas de que en Levante, con las Fallas, quemen las reflexiones gastadas y las opiniones rancias.

La pregunta la formuló el diputado español, y de Esquerra Republicana de Catalunya, Alfred Bosch i Pascual, que es doctor en Historia y que, interesado en el Activismo Cívico Social (según confiesa), participa en los Debates Parlamentarios usando el turno que corresponde al Grupo Mixto.

El texto anunciado para su remisión al Gobierno y dirigido al Presidente Rajoy era de los que concitan la atención general y convocan a todos: diputados, prensa y público:
«¿En qué se basa para asegurar que impedirá la votación anunciada para el 9 de noviembre sobre el futuro de Cataluña?»

Aunque, como es habitual, el texto habría podido variarse, lo cierto es que el diputado Bosch i Pascual mantuvo el original.

También en primera instancia, Rajoy, que no es muy dado a concesiones oratorias o a que nadie le marque el tiempo, le contestó como suele. Sin entrar en otras consideraciones, afirmó que él cumplirá la ley y la hará cumplir, que es al pueblo español a quien corresponde decidir, y que no permitirá la celebración de un referéndum para que Cataluña se separe de España.

Después de formulada la pregunta, ya en réplica, a Bosch le dio por soltar lo que parecía una especie de «Viva al Sol» con la frase «Verde que te quiero verde», que repitió al principio y al fin para utilizar un símil: el semáforo, ese dispositivo que porta señales y que se sitúa en las intersecciones viales para regular el tráfico.

A buen seguro que Bosch, doctor en Historia, conoce que el semáforo es el «que lleva señales» (Sema=señal, foro=portador). Pero no está ya claro que él, como interesado en el Activismo Cívico Social, optara por convertirse en el «portador de señales» que pudiera ser útil para todos.

Más pareció que, en lugar de ello, perdió el momento y la ocasión de erigirse en el político que pudo haber sido y no fue. Y es que optó por algo que, no por haberse dicho en el día del padre, resulta menos trascendente.

Le dio por hablar de colores. De los colores rojos y verdes que regulan el tráfico vial para cruzar de un lado a otro. Y hasta de los pasos cebra, de un paso de cebra concreto que, dijo, algunos de su formación andan buscando no se sabe si para pasar de un lado a otro al margen de los colores, rojos y verdes, que regulan el fluir ciudadano de los hombres en el mundo civilizado, también en España.

Y es que el diputado de Esquerra, en pregunta y en réplica, podía haber expuesto opiniones, buscado razonamientos, argumentado con razones, e incluso pudo abogar por las apetencias republicanas o independentistas de su formación.

En lugar de ello, habló de la posibilidad de un «accidente en el semáforo», perdió el tiempo en palabras sin consistencia y en soflamas sin enjundia, y… se distrajo con los colores del semáforo.

Frente a él, Rajoy, como defensor de Cataluña en España, hablo de la Constitución y de la Ley:

«Usted pretende situarse por encima de la Ley y de la Constitución, y eso es un semáforo en rojo. Usted puede pensar como quiera, yo también… Sin Ley no hay democracia. Yo quiero que todos sigamos formando parte de la misma Nación…, yo no quiero una Cataluña empobrecida ni fuera de la Unión Europea, del euro, de la ONU, ni de los Tratados…»

La pregunta, con su respuesta y los turnos de réplica, como todas las que se hacen en las Sesiones de control al Gobierno, duró cinco minutos, sólo cinco minutos que fueron suficientes.

En la calle, aun siendo la festividad de San José, era día laborable y se trabajaba. Por ser fiesta de precepto, algunos, los católicos, se acercaban a oir misa en la Iglesia próxima de Jesús de Medinaceli.

Al cruzar, en la esquina de la calle había un semáforo, en la siguiente otro y en los siguientes cruces más semáforos regulando el paso de unos y otros. Un poco más allá, había un paso de cebra con cuadrados blancos, con cuadraditos blancos de medio metro.

Como el que, decía en el Debate de Sesión de Control al Gobierno, buscaba Alfred Bosch i Pascual, un diputado español y de Esquerra Republicana de Catalunya que es doctor en Historia.

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Autor

Luis Balcarce

De 2007 a 2021 fue Jefe de Redacción de Periodista Digital, uno de los diez digitales más leídos de España.

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