Los negocios del líder de Podemos están bajo sospecha de fraude a Hacienda

Pablo Iglesias emitía recibos sin IVA, por 1.500 euros al mes, para engordar a ‘La Tuerka’

Usó la productora para justificar parte de las comisiones por un contrato con Irán

Pablo Iglesias emitía recibos sin IVA, por 1.500 euros al mes, para engordar a 'La Tuerka'
Pablo Iglesias y algunos recibos de la productora 'La Tuerka'. EE

La asociación cultural Producciones CMI (Con Mano Izquierda) firmó por los mismos trabajos facturas con IVA y recibos que no incluían el abono de los impuestos

Es un escándalo sobre el que ha publicado numerosos artículos Periodista Digital (Dinero negro en sobres») y del que dio cuenta, con todo detalle y fotocopias incriminatorias, El Semanal Digital.

La novedad, a la espera de que los diarios generalistas en papel se hagan por fin eco o que las cadenas de televisión dejen de proteger a Podemos se den por enteradas, es que lo saca este 3 de diciembre de 2014 ‘El Economista’ en su portada.

Y los titulares son de aupa: «Los recibos sin IVA de 1.500 euros al mes de la productora de Pablo Iglesias».

Con foto del profesor de la coleta y ahora eurodiputado en primera página y subtítulos como: «Usó a ‘La Tuerka’ para justificar parte de las comisiones por un contrato con Irán» y «La mano derecha del líder de Podemos en la productora firmó los recibís en B».

El reportaje lo firman al alimón Javier Romera y África Semprún y tiene como fuente principal a alguien que conoce desde dentro el asunto: Enrique Riobóo de la Vega, dueño de Canal 33 y antiguo socio de Pablo Iglesias.

El periodista gallego no sólo acusa al líder de Podemos de haber cobrado en negro. Además, aporta los documentos a granel.

La asociación cultural Producciones CMI (Con Mano Izquierda), al frente de la cual estaban Iglesias y Juan Carlos Monedero, otro de los dirigentes del partido, firmó por los mismos trabajos facturas con IVA y recibos que no incluían el abono de los impuestos.

Es lo que pasó, por ejemplo, en noviembre de 2012 . Producciones CMI remitió una factura a Plató 2000, una firma controlada por Enrique Riobóo, para el cobro de 500 euros por la producción del programa La Tuerka.

Se trataba de un pago legal, que una vez incluido un cargo del 21% del IVA, elevó el importe final del abono realizado a 605 euros.

Esa factura se emitió el 28 de noviembre de 2012 y lo llamativo es que apenas una semana después, el 5 de diciembre, la jefa de producción de CMI, Sarah Bienzobas, la misma persona que enviaba cada mes las facturas al Canal 33 de la parte del pago en

A (su móvil consta como teléfono de contacto de CMI), firmó un recibo por la producción del mismo programa, aunque en esta ocasión por 1.500 euros y sin IVA.

El programa era semanal por lo que el pago al mes se elevaba a total de 2.000 euros, aunque tributando supuestamente por una cuarta parte. Así, una parte se pagaría vía transferencia y el resto en efectivo en el plató donde se grababa La Tuerka.

Enrique Riobóo asegura que Iglesias le exigió que fuera así y recuerda, de hecho, como dado el grado de confianza que había entre ellos, «hubo meses después en los que ni siquiera me firmaron un recibo por el dinero que les pagaba en mano».

El empresario madrileño asegura que Iglesias era muy reacio a realizar facturas y que, en un primer momento, trató de recibir los 2.000 euros en negro.

«Él me dijo que no tenía una empresa, sino una asociación sin ánimo de lucro y que cuántas menos facturas hiciera mejor, pero yo insistí en que al menos una parte había que declararla», relata Riobóo, que acaba de publicar un libro sobre el líder de Podemos: La cara oculta de Pablo Iglesias, de Vivelibro.

Una operativa que se repetía

La operativa, con la emisión de facturas y firma de recibos para el pago supuestamente en negro de forma paralela, se repitió con cargo a la producción de los programas de diciembre de 2012 y enero de 2013.

Riobóo manifiesta, no obstante, que, aunque en teoría esos pagos correspondían a la producción y realización del programa de tertulia política La Tuerka para Canal 33, la realidad era muy distinta.

 «Pablo Iglesias había realizado una labor de intermediario con la televisión pública iraní para que algunos de los programas de Hispan TV, su emisora en español, se emitiera en mi canal, por lo que me exigió una comisión y acordamos pagar 2.000, aunque disfrazándolo como si fuera por la emisión de La Tuerka, que en realidad se hacía de forma gratuita desde septiembre de 2012».

El acuerdo con el régimen de los ayatalolás se cerró en noviembre y las dos partes firmaron un contrato por el que Hispan TV acordó el pago a abonar.

En el contrato hay una cláusula en la que se deja claro que «el precio que Hispan TV debe abonar al medio por las contraprestaciones indicadas es de 5.000 euros mensuales».

Asimismo, se establece que «igualmente, a la firma del contrato se abonan otros 5.000 euros en concepto de fianza y reserva del horario de programación», una fianza que debía ser devuelta o compensada al finalizar el contrato.

También se deja claro en otra cláusula que el contrato y la contraprestación económica es con el fin de que Canal 33 emita parte de la programación de Hispan TV. Por parte de la emisora madrileña firma Enrique Riobóo y por parte de los iraníes Narges Mohammdi.

El dinero lo ponía directamente el Estado iraní y, de hecho, Riobóo mandaba las facturas directamente a Teherán, aunque los pagos se realizaban en efectivo, en mano y en España.

Este sistema de pago creó algún problema de tesorería en la sede de Hispan TV en Madrid, ubicada en la calle Argüelles, que llevó a Mahmud Alizadeh, el contacto de Iglesias en España y responsable del canal iraní en Castellano, a quejarse en un mail de la falta de liquidez y de lo «malo que era» no tener el dinero suficiente.
Embargo a Irán

El acuerdo de difusión de contenidos entre Canal 33 e Hispan TV, que tenía unos 200 trabajadores en España, se rompió a finales de enero de 2013 cuando la Comunidad de Madrid envió una carta a la televisión local solicitando que interrumpiera la emisión de programas iraníes en la TDT.

La Unión Europea y EEUU habían decretado sanciones contra el régimen de los ayatolás y el Gobierno de España se dispuso a embargar todas las comunicaciones. También se dejó de emitir la programación iraní a través del canal 45 de la TDT, asignado a la Asociación Cultural Radio Club 47.

La Comunidad de Madrid dio la orden después de que Hispasat interrumpiera la emisión por satélite del canal en España. Cuando el embargo de las comunicaciones se llevó a cabo, Izquierda Unida fue el único partido que elevó una queja y presentó una serie de preguntas por ese tema al Gobierno Central.

Así, el pago de comisiones por parte Enrique Riobóo a Pablo Iglesias apenas duró tres meses, en los que el político recibió unos 4.500 euros en B y unos 1.500 euros en A, sin contar con el IVA de unos 300 euros.

El político de la coleta usaba parte de ese dinero sin declarar para pagar a los cámaras y realizadores de la tertulia política que, según han denunciado alguno de ellos, recibían los sueldos en negro de 100 euros o, como mucho, de 600 euros al mes. No en vano, una asociación sin ánimo de lucro no tiene por qué tener trabajadores a sueldo y puede funcionar con voluntarios, que no deben recibir ninguna remuneración.

Pablo Iglesias llevó a Riobóo de la mano a negociar con los iraníes un contrato, después de que él ya había llegado a un acuerdo con Hispan TV para realizar una tertulia política tipo Tuerka para su canal: Fort Apache.

El programa está más enfocado hacia América Latina, una región que está en el punto de mira del régimen de los ayatolás. Antes de reunirse con Mahud Alizadeh, y siempre según el relato de Riobóo, Iglesias le dijo al empresario madrileño que le podría sacar a los iraníes hasta 6.000 euros al mes y que él se llevaría una comisión de 2.000 euros en negro por la intermediación, es decir, un 33,3%.

Riobóo negoció con Hispan TV que fijó el acuerdo de emisión en los 5.000 euros. El dueño del Canal 33 trató de trasladarle la rebaja a Iglesias pero no lo logró.

Antes de que se destapara el sistema de financiación sin IVA puesta en marcha por la asociación sin ánimo de lucro de Pablo Iglesias, PP, PSOE y UPyD habían pedido ya a Hacienda que abriera una investigación a la asociación cultural de Pablo Iglesias, a través de la cual se hacían todos estos negocios, para arrojar luz sobre los servicios audiovisuales que la misma prestaba como si fuera en realidad una empresa.
Exención fiscal

Constituirse como una asociación sin ánimo de lucro tiene una serie de ventajas fiscales frente a operar como empresa. En primer lugar, las asociaciones pagan un 25% del Impuesto de Sociedades, frente al 30-35% que pagan las empresas, y además están exentas de pagar si sus ingresos no superan los 100.000 euros.

A su vez, quienes donan fondos a asociaciones sin ánimo de lucro se pueden deducir el IRPF, algo que no sucede en las donaciones a empresas.

A su vez, las asociaciones gozan de exención en el Impuesto de Actividades Económicas durante los dos primeros años de actividad y, posteriormente, siempre que sus ingresos netos no superen el millón de euros. Entre las entidades más conocidas que no persiguen fines de lucro figuran asociaciones educativas, religiosas o deportivas, además de organizaciones sanitarias, como Médicos sin Fronteras.

Los expertos fiscales consultados aseguran que una agencia de servicios audiovisuales no debería funcionar como asociación sin ánimo de lucro y explican que tampoco puede ofrecer sus servicios al mercado. Aunque sí es cierto que pueden realizar actividades económicas, éstas deben ser residuales y para financiar otras iniciativas.

Producciones con Mano Izquierda, que se fundó a principios de 2012, se encargó sin embargo de la producción del programas de televisión como Ford Apache para la cadena pública iraní -sus trabajadores eran contratados por otra productora, 360 Global Media, según confirman algunos de ellos- o de La Tuerka para su emisión en Tele K, Canal 33.

A su vez, la productora, que se ofrecía como «una agencia de servicios audiovisuales de bajo coste», también hizo caja con la elaboración de spots electorales para Izquierda Unida (IU), tal y como reconoce la propia organización política, y videoclips para grupos musicales.

El grupo político reconoció haber contratado a la productora de Pablo Iglesias para ellos y «facturarle con normalidad».

 

 

 

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