Demasiados tiros en el pie para llevar tan poco tiempo disparando

Mariano Rajoy se remanga por fin para intentar sacar al PP de su letargo

El presidente del Gobierno plantea una serie de cambios inaplazables

"Hemos hecho lo urgente. Ahora vamos a pasar a lo importante", señaló días atrás Carlos Floriano (Se refería al país, pero bien podría aplicarse esa máxima al partido)

La Convención nacional que el PP celebrará el próximo fin de semana en Valladolid poco tiene que ver con la anterior, la de octubre de 2011 en Málaga.

Entonces los populares, que habían arrasado meses antes en las elecciones municipales y autonómicas, ya saboreaban las mieles de una mayoría absoluta que todas las encuestas daban por segura.

Ahora cunde el pánico a las urnas, especialmente entre los barones regionales y provinciales. Y no es para menos, desde luego.

Entonces el partido era una piña. Hoy, tras dos años de gobierno, Mariano Rajoy se ha enfrentado no sólo a los extraños sino también a los propios en asuntos como el modelo de financiación autonómica, la subida de impuestos o, más recientemente, la política antiterrorista y la reforma de la ley del aborto.

Demasiados tiros en el pie para llevar tan poco tiempo disparando.

En Málaga, el líder de los populares incidió en su discurso de clausura en la herencia que iba a recibir, «la peor que un gobierno ha legado jamás al siguiente», como afirmó. Tenía razón, aunque bien sabía que esa vaca, la de la herencia recibida, pronto dejaría de darle leche.

Pero en algo sí se asemejan la Convención malagueña y la de Valladolid, la primera con el PP en La Moncloa.

Aquella se tituló Empieza el cambio, el de España. Y ésta debería ser el comienzo de otro cambio inaplazable: el del Partido Popular.

«Hemos hecho lo urgente. Ahora vamos a pasar a lo importante», señaló días atrás Carlos Floriano en un encuentro con la prensa. Se refería al país, claro, pero bien podría aplicarse esa máxima al partido.

Durante dos años el PP ha navegado a contracorriente de sus principios, a punto de chocar contra un iceberg en más de una ocasión y con una tripulación desorientada, sin capitán que llevase el timón y tomase las decisiones importantes, las que sólo caben al líder.

Ahora, por fin Rajoy parece haberse dado cuenta de que, dedicados los dos primeros años de mandato a enderezar el rumbo de España, toca enderezar el de su formación.

Toca hacer política y dejar de presentarse ante los españoles como meros gestores lejanos de unos españoles que sufren las «amargas» medidas que adoptan.

Ojo: porque la reválida de mayo, la primera de verdad desde que este PP está en La Moncloa, va a suponer un test nacional muy significativo. Se verá. Y se pagará.

Propósito de enmienda parece que está haciendo el presidente. Empezó el año reuniendo a su Comité Ejecutivo Nacional, después se llevó a la cúpula del partido a Toledo para una puesta a punto en compañía de Pedro Arriola, el sábado acompañó a su formación y a Alicia Sánchez Camacho en Barcelona y, en la Convención, quiere implicarse al máximo.

Tanto es así que tiene previsto permanecer a orillas del Pisuerga los tres días de Convención y participar en todo, según ha contado a los organizadores.

Y para que por su parte nada eclipse un cónclave tan importante, hasta después del domingo seguirá guardando bajo siete llaves el secreto del candidato a las europeas.

Otra decisión que se enquista al PP transmitiendo la idea a los ciudadanos, por la inacción, de tranquedismo incompatible con los liderazgos más reconocidos.

Aun así Jaime Mayor Oreja y Miguel Arias Cañete concitarán muchas miradas, lógicamente.

Nunca antes el PP había celebrado una Convención nacional amasando entre sus manos tanto poder institucional, con tanto cargo público en su plantilla. Y, unido a ello, hay un dato que refleja fielmente hasta qué punto los populares tienen mono de partido, de hacer política: por Valladolid desfilarán absolutamente todos los ministros y todos los presidentes regionales.

Es habitual que siempre haya bajas. Esta vez lo que hay es overbooking, y muy bien recibido. Han confirmado su asistencia más de 3.000 populares llegados desde todos los puntos del país.

No tendrán mejor ocasión Mariano Rajoy y María Dolores de Cospedal para empezar el imprescindible cambio en su partido, de mentalidad y de acción. Más les vale.

Parafraseando el eslogan de la exitosa campaña publicitaria del renacer de Bankia, Empecemos por los principios. Aunque en este caso sería más bien un Recuperemos los principios ahora que hemos recuperado la economía.

 

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Autor

Antonio Martín Beaumont

Antonio Martín Beaumont, politólogo y periodista, es el actual director de ESDiario.com.

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