En una democracia mediática, lo importante es lo que se ve o la verdad publicada

Los secretos y entretelas de la guerra entre Soraya Saénz de Santamaría y María Dolores Cospedal

La carrera del postmarianismo entre cospedales y sorayos se vuelve a igualar

Los secretos y entretelas de la guerra entre Soraya Saénz de Santamaría y María Dolores Cospedal
Soraya Sáenz de Santamaría y María Dolores Cospedal. PD

La próxima batalla se librará en Cataluña: el sorayismo se mueve ya para sustituir a Alicia Sánchez Camacho por otra ilustre miembro de su club, Dolors Montserrat

¿Ahora qué? ¿Cospedal ha ganado a Soraya el pulso del PP vasco?

Así es como se escribe la historia mediática del Congreso que los populares celebran este fin de semana en el Kursaal de San Sebastián: con la «V» de vendetta (o de victoria, según se prefiera) de la pupila de la secretaria general, Arantza Quiroga, sobre el delfín de la vice, Alfonso Alonso.

Dos estructuras provinciales como Guipúzcoa y Vizcaya, afines al cospedalismo, presididas por Borja Sémper y Antón Damborenea, se han rebelado por un nuevo orden, del lado de Quiroga, para mermarle su campo de influencia al sorayo alavés Alonso.

Y esta derrota, si cabe, es más sonora que otras, pues en los mentideros retumba cada vez con más fuerza que Soraya Sáenz de Santamaría estaría buscando colocar de número dos en Génova 13 al actual portavoz en el Congreso de los Diputados.

¿Las apariencias engañan? Si en el Congreso del PP andaluz de hace una semana quedó mediáticamente establecido que Soraya le había doblado el brazo a Cospedal, en el cónclave familiar vasco no hay resquicio para pensar que la vicepresidenta del Gobierno no haya recibido un maquiavélico castigo. Quid pro quo.

¿Tan simple? Ya se sabe: en política las cosas no son sólo negras o blancas, porque por medio andan siempre bailando los burlones grises, y en una estructura política como la del Partido Popular las filias y fobias personales son múltiples y marchan en muy diversas direcciones.

Pero en una democracia mediática, lo repito una y otra vez, lo importante es lo que se ve. O sea, la verdad publicada. Aunque ésta se escriba con tinta invisible desde lejanos centros de poder.

Olvídense los tibios.

Como destacaba este viernes un VIP pepero tras conocer que la secretaria del PP vasco sería la vizcaína Nerea Llanos:

«Cospedal le ha colocado la daga toledana a Soraya en pleno corazón de su fiel Alfonso Alonso».

La carrera del postmarianismo entre cospedales y sorayos se vuelve a igualar. La secretaria general sonríe de nuevo.

La próxima batalla se librará en Cataluña: el sorayismo se mueve ya para sustituir a Alicia Sánchez Camacho por otra ilustre miembro de su club, Dolors Montserrat.

Pero esta es otra acrobacia de la gaviota de la que ya se escribirá.

 

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Autor

Antonio Martín Beaumont

Antonio Martín Beaumont, politólogo y periodista, es el actual director de ESDiario.com.

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