Vaya ojo el de Juan Moscoso, presunta promesa del PSOE, cuando vaticinó que Manuel Valls iba a suponer un "revulsivo" para las políticas económicas europeas de la derecha
Vaya ojo el de Juan Moscoso, presunta promesa del PSOE, cuando vaticinó que Manuel Valls iba a suponer un «revulsivo» para las políticas económicas europeas de la derecha. No se imaginaba cuánto.
Busquen, comparen y se encuentran algo mejor… que poco o nada van a encontrar.
El día que François Hollande designó al catalán primer ministro, los socialistas españoles hacían cola para llevarle flores. Quien no decía haber coincidido con él en algún acto no era nadie.
Y ahora Valls, el enfant terrible del socialismo europeo, se ha convertido en un apestado para el PSOE: Vade retro Satanás.
Los de Alfredo Pérez Rubalcaba han borrado de su discurso y del mapa al primer ministro socialista francés.
Sin duda. Porque Ferraz ha dado orden a sus cargos de que eviten hablar de Valls, sus recortes y el guirigay de los socialistas vecinos para no enfangarse.
Buscan por arte de magia hacer desaparecer un debate que los tiene cautivos y desarmados.
De ahí escenas para el Goya como la de Óscar López negándose a confirmar siquiera en rueda de prensa si Elena Valenciano se reunió con el primer ministro francés en su reciente visita a París.
O como el de Soraya Rodríguez, despejando balones con un «el debate sigue abierto» cuando el tijeretazo de Hollande y Valls ya estaba consumado.
Cómo estarán de tocados los socialistas españoles con el regalito de los enfants de la Patrie que, tras la aprobación por la Asamblea francesa de su plan de recortes el pasado martes, El País le afeaba al presidente francés en un editorial que hubiera dejado a Valls acometer sus recortes en vísperas de las elecciones.
«La previsión de esta circunstancia debería haber aconsejado al jefe del Estado, François Hollande, gestionar los tiempos de otra manera: lo ha hecho con una secuencia harto discutible», lamentaba el diario de Prisa.
El Vallsazo ha provocado un desdoblamiento de personalidad al PSOE que no parece que vaya a conducirle a nada bueno el 25 de mayo.
Vean lo que dice el principal partido de la oposición en uno de los últimos argumentarios repartidos a sus dirigentes:
«Lo que quieren los socialdemócratas europeos -de los que el PSOE es el segundo partido más grande- es tomar las riendas de la UE para cambiar de política económica y para garantizar la pervivencia del Modelo Social Europeo, basado en la idea de que el mercado no es suficiente y que debe ser gobernado a favor de los bienes colectivos».
IU, lógicamente, se frota las manos. A la estrategia del PSOE de acercarse a la izquierda pura e intentar movilizarla en su favor, le han metido perdigones en sus alas.
Lo que vamos a disfrutar cuando Miguel Arias Cañete le saque el tema en el debate televisivo del 13 de mayo a Elena Valenciano.
