Arrecia la presión a Magdalena Álvarez para que dimita como vicepresidenta -una de los ocho- del Banco Europeo de Inversiones. Hasta Alfredo Pérez Rubalcaba ha dejado caer en privado que la exministra de Fomento debería abandonar su cargo después de que la Audiencia de Sevilla ratificara su imputación en el caso de los EREs.
Pero Álvarez, la del antes partía que doblá, la única ministra reprobada por el Congreso en toda la democracia, no parece por la labor.
«La vicepresidenta Álvarez ha informado al comité gerente de la decisión de la Audiencia. El Banco está analizando esta decisión y sigue el proceso judicial en España con todo el respeto», afirmó este jueves el BEI en una escueta declaración a Efe.
Ya demostró tener nervios de acero -o sangre fría- cuando ocupaba la cartera de Fomento y ahora también. Tal es así que, en pleno proceso judicial, ha cancelado una de las dos hipotecas que ella y su marido arrastraban, la de su apartamento de Estepona. Se ve que con su sueldo de 22.963,55 euros mensuales -más pluses varios- puede permitírselo.
Para rizar el rizo, ha aprovechado para hacerlo antes de que la Audiencia de Sevilla resuelva el recurso que presentó Álvarez ante la cuantiosa fianza civil que le impuso la juez Mercedes Alaya el pasado marzo: más de 29,5 millones de euros.
La socialista argumentaba, entre otras cosas, que era «abusiva» y tenía «un fin estigmatizador y punitivo».
Ella misma se ha delatado en la nueva declaración de bienes e intereses que entregó al Banco Europeo de Inversiones el pasado 28 de marzo para actualizar la anterior, según ha podido constatar El Semanal Digital.
El documento está fechado sólo semanas después de que la magistrada que instruye el caso de los EREs fraudulentos le impusiera una fianza.
En su declaración originaria, la que data de febrero de 2013, Álvarez declaraba al BEI tener un apartamento en Sevilla (alquilado), otro en Madrid, uno en Estepona, otro más en Málaga (alquilado) y, además, una casa en Benalmádena.
Y matizaba que pagaba hipotecas tanto por el apartamento de Sevilla como por el de Estepona.
Sin embargo en la nueva declaración, la registrada hace poco más de un mes (puede verla aquí), sólo figura con cargas hipotecarias el apartamento de Sevilla. En apenas un año ha saldado la deuda que mantenía con el banco por el piso de Estepona. Y todo en medio de un proceso judicial en el que fue imputada en julio del año pasado.
El resto de la declaración no varía respecto a la originaria. La exministra posee asimismo junto a su marido -en régimen de separación de bienes- siete plazas de aparcamiento, un seguro de vida y depósitos bancarios y planes de pensiones cuya cuantía no concreta.
Aunque en teoría el mandato de Magdalena Álvarez en el BEI no acaba hasta mediados de 2016, su continuidad se le ha puesto muy cuesta arriba. Pero si finalmente sus jefes la invitan a irse al menos lo hará con el riñón bien cubierto y una buena cartera inmobiliaria.