Aunque no lo quieren decir muy alto, los populares barruntan una victoria de no menos de tres puntos

Rosa Díez se lleva lo peor de la última andanada del PP contra los ‘pequeños’

Los populares respiran aliviados después de ver cómo han respondido sus bases a la llamada a filas de Rajoy

Este domingo, 25 de mayo de 2014, los ciudadanos opinarán en las urnas sobre si, como dice el eslogan del PP, España va en la buena dirección

Visto en perspectiva, los populares, y sobre todo Miguel Arias Cañete, agradecerán que Mariano Rajoy retrasara tanto el comienzo de esta carrera electoral que acabó este viernes, 23 de mayo de 2014.

Breve pero intensa, tanto que el candidato -con 64 primaveras a sus espaldas- ha terminado exhausto. Se ha metido más de 22.500 kilómetros entre pecho y espalda.

Antes de entrar en harina electoral, la militancia estaba tan desmovilizada que en Génova 13 están a estas alturas gratamente sorprendidos de lo bien que finalmente, una vez más, ha respondido su ejército en cuanto Rajoy ha llamado a filas a todos.

No lo quieren decir muy alto pero barruntan una victoria el domingo con un margen de no menos de tres puntos.

Ganar es el objetivo que se habían marcado, así que aunque fuera por la mínima se darían por más que satisfechos.

Máxime cuando, sea victoria o derrota lo que les depare el domingo, toda España se la va a atribuir a la gestión de Rajoy y su Gobierno en estos dos años y medio.

Ahora la pelota está en el tejado del electorado.

En el PP creen que si en estas semanas han logrado movilizar a seis millones de votantes, los de pura cepa, no tendrán sobresaltos el domingo. Por eso se han pasado la campaña intentando sacar de casa el domingo a los suyos.

Ahora bien. Si la abstención puede ser un problema, el papel de los pequeños es una incógnita.

UPyD, Ciudadanos, Vox, Podemos y compañía han hecho frente común contra el bipartidismo. Populares y socialistas, en favor del voto útil.

Por si acaso, el PP quemó en el mitin de cierre de campaña sus últimos cartuchos para que ningún voto se vaya por el sumidero -según ellos- de los pequeños. La primera en hacerlo fue Ana Botella, que se dirigió abiertamente a Rosa Díez:

«Europa es demasiado importante como para caer en la trampa del oportunismo. Todos los días les escuchamos decir que no tienen pasado y que han venido a renovar. ¿Nos puede dar lecciones quien ocupaba cargo y sueldo en un Gobierno del PNV?».

Siguió por esa senda María Dolores de Cospedal, que tildó a los «partidos minoritarios» de «oportunistas que van a Europa a tener un cartelito que ponga su nombre». Y a renglón seguido cargó también contra Rosa Díez, cabeza de cartel del PSOE en las elecciones europeas que se enfrentó a Loyola de Palacio.

Se unió después Miguel Arias Cañete:

«No se pueden desperdiciar votos en candidaturas pequeñas».

Y remató el propio Rajoy, que alertó de que estas elecciones son demasiado trascendentales para el futuro de España como para andarse con chiquitas. O chiquitos en este caso.

Este domingo, 25 de mayo de 2014, los ciudadanos opinarán en las urnas sobre si, como dice el eslogan del PP, España va en la buena dirección.

 

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