Lasalle se negó a reunirse con militantes de Tarragona argumentando que es un alto cargo del Gobierno
Una frase recorre los pasillos del número 13 de la madrileña Calle Génova los días siguientes al hundimiento electoral del 25 de mayo de 2014: «Rajoy Gana, el PP pierde». La frase no se pronuncia en voz alta, y mucho menos si hay un importante cargo del partido cerca; pero sí circula al menos entre los que no ocupan puestos de destacada responsabilidad. También, seguramente, lo haga entre estos, pero con mayor discreción.
El origen de la frase de la frase, según distintas fuentes, puede estar en el mundo exterior, pronunciada por un periodista en una conversación con un empleado del partido. Pero ha sido adoptada dentro como un perfecto resumen del resultado de las elecciones al Parlamento Europeo. La sensación en diversos estratos tanto del PP nacional como en el madrileño es que Rajoy se ha despreocupado totalmente del partido.
Algunas de las fuentes con las que ha hablado Periodista Digital se muestran totalmente críticas: «A Rajoy sólo le interesa él, lo que ocurra a largo plazo con el partido le da igual». Otras, también críticas, dan una visión algo diferente: «Rajoy se ha centrado en el Gobierno, que es importante, pero en esa preocupación por lo que se hace desde el Ejecutivo ha abandonado a sus suerte al partido, que es donde deben salir las ideas y desde donde se tienen que ganar las próximas elecciones».
En el PP se da, según cuentan a este diario, una situación paradójica. Mientras nadie se atreve a expresar en voz alta las críticas y el descontento generalizado, se vive una situación en la que falta liderazgo un la conciencia de una dirección que seguir. Una de las fuentes ha explicado:
Rajoy está centrado en el Gobierno, tenemos una secretaria general que está dedicada, lógicamente, a gobernar su comunidad autónoma y los tres vicesecretarios generales no asumen liderazgo. Arenas es como si no existiera, a otro, González Pons, lo mandan a Europa y Carlos Floriano, no se sabe muy bien que pinta ni a qué se dedica.
CRITICAS A LA SATISFACCIÓN CON LOS RESULTADOS ELECTORALES
La postura oficial del PP es de absoluta satisfacción con los resultados electorales, y eso es lo que tratan de transmitir los altos cargos del partido a nivel nacional. Algunos de ellos, sin embargo, en privado y con personas de su máxima confianza sí muestran su preocupación por lo que consideran una caída electoral muy grave. Sin embargo, en la dirección no quieren oír este tipo de opiniones.
Esto genera malestar en los pasillos de Génova y entre los militantes del PP, que no dudan en calificar los resultados electorales como una debacle. Algunos piensan que el partido debe hacer autocrítica y lanzarse a comunicar mejor a los ciudadanos. Según las fuentes, a nivel nacional no se plantea esto, aunque en lugares como la Comunidad de Madrid se tiene claro que esa es la vía que se tiene que seguir.
Otros creen que es necesario un cambio de giro que les acerque a su electorado tradicional, que se siente traicionado. De hecho, según ha podido saber este periódico, si no ha habido una mayor fuga de cargos medios y bajos a Vox es por la poca confianza de que obtuviera algún diputado, temores que se han visto confirmados, y quedar por tanto fuera de juego al haber apostado por un proyecto no viable y no poder volver al PP.
Las fuentes descartan que Vox y sus afiliados puedan reintegrarse en el PP: «Les consideran unos traidores y estos no perdonan a quien ha roto la disciplina».
Mientras que la dirección muestra una confianza ciega en la recuperación del apoyo electoral de cara a las generales, siguiendo las tesis defendidas por Pedro Arriola, esa no es la tónica general en el partido. Algunos consideran que la ceguera de Rajoy y su círculo inmediato les puede hacer perder las elecciones. Otras fuentes apuntan a que se va a seguir ganando comicios pero otra cosa es que se pueda gobernar. «Se acabó el tiempo de las grandes mayorías absolutas del PP, pero no lo quieren ver», dice una de las fuentes.
José Ignacio Wert y José María Lasalle.
DESCONEXIÓN PP-GOBIERNO
Que Rajoy se ha centrado en el Gobierno y ha dejado de lado el partido es algo que se traduce en una desconexión total entre los gabinetes ministeriales y Génova. Quienes trabajan en las áreas políticas de los ministerios viven aislados de lo que ocurre en el PP y no se relacionan con quienes en Génova trabajan en áreas que están vinculadas con la acción de cada departamento gubernamental.
En algunos caso existe incluso conflictos abiertos. Según las fuentes, por ejemplo, en el área de Internacional del Partido Popular el enfado con Margallo es permanente, consideran que les contraprograma y que incluso bombardea las relaciones exteriores de la formación.
La desconexión entre Ejecutivo y Gobierno, incluso el rechazo del Ejecutivo a relacionarse con la formación sobre la que se supone que se apoya, quedó perfectamente reflejada en la actitud de José María Lassalle (mano derecha de Wert, teórico del ‘liberalismo simpático’ y uno de los ideólogos de Rajoy) en un viaje a la provincia Tarragona para acudir a un acto como secretario de Estado de Cultura.
El PP provincial le organizó una cena con los militantes de base, en lo que consideraron que sería un apoyo moral a los afiliados en una zona donde los ‘populares’ lo tienen muy difícil. Lasalle se negó a asistir a la cena o cualquier otro encuentro con el argumento de que él viajaba a Cataluña como alto cargo del Gobierno y no como miembro del Partido Popular.