MÁS MADERA

«Ese niñato»: el apodo de Madina para Pedro Sánchez lo carga el diablo

Ya han empezado las escaramuzas en serio dentro del partido. Demasiados gruesos y hasta burdos los ataques del "favorito" a alcanzar el liderazgo contra su principal rival

"Ese niñato": el apodo de Madina para Pedro Sánchez lo carga el diablo
Eduardo Madina

Es mucho lo que se juega el PSOE en las próximas semanas. Que la inquietud crece entre sectores del partido ni siquiera resulta ya menester decirlo. Que Felipe González prefiere morderse la lengua ante el salto al ruedo de Eduardo Madina, se viene difundiendo sotto voce casi desde la despedida de Alfredo Pérez Rubalcaba. Que el propio Madina ha cometido resbalones inexplicables, auténticos errores de bulto, en su andadura hacia la Secretaría General no es ningún secreto a la vista de los nervios desatados en sus supuestos incondicionales.

Sorprendente cuando la meta del vasco está lejos de ser fruto de una operación improvisada. Lleva dos años preparando su proyecto, e incluso al día siguiente del batacazo de las generales de 2011 empezó a recibir presiones para liderar el PSOE. Entonces, decidió pasar al estado de congelación política. Para muestra, ha rechazado ser portavoz parlamentario, sucesor de Patxi López al frente del PSE y hasta encabezar la lista de las europeas. Madina lo tenía muy claro. Y, cómo no, aspiraba a que sólo le faltase una alfombra roja con el respaldo añadido de fuertes medios de comunicación (es el favorito de Prisa y de La Sexta).

La contienda arrancó con todo a favor de Eduardo Madina. Pero nada es nunca tan fácil como pudo parecer en principio y a quienes pretendían presentarlo como única alternativa les salió pronto una grieta como consecuencia de la amenaza de Pedro Sánchez de arruinarles la hoja de ruta e incluso con tomar la delantera. Las carreras internas, sabido es, las suele cargar el diablo. Como se ha visto en otras ocasiones, ser favorito no es sinónimo de una victoria. La inquietud ha cobrado forma y Madina puede generar males mayores.

Un mal mayor sería, por ejemplo, agrandar las profundas fisuras en unas siglas en plena ebullición. Véase el desesperado empeño de dañar la imagen de Sánchez, volcado en una campaña impecable, buscando a lo largo y ancho del país ganarse la confianza de la militancia. Con maldad cuelgan a Pedro Sánchez la etiqueta de «candidato de la derecha mediática» o atribuyen el padrinazgo más o menos explícito de José Bono y de Pepe Blanco ante una hipotética falta de apoyos para seguir adelante.

Con razón hay quienes ven en Eduardo Madina un cierto narcisismo y se preguntan si acaso él tiene el copyright de las bases. Absurdo. En el PSOE hay al menos dos partidos sino más, concepciones diferentes que tensan sus arcos y cruzan sus flechas envenenadas. Con inquina personal evidente, con desprecio y malos modos, Madina llama a Sánchez «ese niñato». Sin duda se le ha ido la mano y ha quedado retratado. Es, sin caretas, la guerra sucia.

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