Y no una sino dos veces ha demandado Cospedal al 'mangante' Luis Bárcenas
La decisión del Juzgado de lo Social número 16 de Madrid de desestimar íntegramente la demanda de Luis Bárcenas contra el PP por despido improcedente -reclamaba 900.000 euros- fue muy bien recibida en Génova 13, pero especialmente en el despacho de María Dolores de Cospedal.
En la sentencia, el juez da por buenas las explicaciones de la secretaria general de los populares que tanto se utilizaron y aun hoy algunos siguen utilizando para machacarla. Y no sólo desde la oposición.
Es decir, que entre abril de 2010 y enero de 2013 las cantidades recibidas por el extesorero no eran por su trabajo -ya estaba despedido- sino que «habían correspondido a una indemnización ´diferida´ abonada como renta mensual que debía extenderse hasta diciembre de 2012», relata el magistrado.
Su carpetazo a la demanda es un triunfo tácito para el PP pero es, por encima de todo, un triunfo moral de la número dos de los populares. La única que durante meses cargó a sus espaldas con la cruz de Bárcenas -pese a que ella fue la que le echó- y con todas las críticas por la gestión del caso.
Tal es así que hubo quienes pidieron su cabeza por -decían- no dar la talla en defensa del partido, mientras Mariano Rajoy miraba cómo su secretaria general nadaba en aguas infestadas de tiburones desde la orilla de La Moncloa. Sin mojarse más que cuando fue estrictamente necesario aquel 1 de agosto de 2013 en que fue al Senado obligado por la situación.
Además, Cospedal fue, al margen de José María Aznar, la única que se atrevió a demandar personalmente al extesorero por atentar contra su honor al acusarla de cobrar sobresueldos y, al PP de Castilla-La Mancha, de quedarse con 200.000 euros de una comisión ilegal.
Y no una sino dos veces le ha demandado. La primera fue desestimada por el Juzgado de Primera Instancia e Instrucción número 2 de Toledo porque no pudo probarse que fuera Bárcenas quien entregó los papeles, pero Cospedal salió satisfecha.
No en vano, la sentencia reconocía «el carácter difamatorio de los hechos reflejados en los papeles contables», además de la «evidente animadversión» del preso hacia ella y su insuficiente «credibilidad».
La segunda está por resolver aún, pero pase lo que pase con ella el auto de este viernes permite a Cospedal pasar página después de muchas críticas injustas y refuerza su posición.
