Hasta ahora UPyD y Vox se habían llevado la palma en cuanto a líos. Pero Podemos tampoco se ha librado en este ferragosto con dos asuntos llamativos.
Por una parte, Juan Carlos Monedero, considerado el verdadero ideólogo de Podemos, tendrá que acudir al juzgado el próximo 10 de septiembre de 2014 por un suceso acaecido en un mitin celebrado el pasado 17 de mayo en Almería.
El profesor tendrá que responder por la denuncia planteada por un vecino almeriense, Juan Antonio Uclés, que aseguró haber sido agredido por Monedero cuando criticó a gritos el contenido del mitin.
Según la versión de Uclés, tras invitarle a exponer sus cuestiones -había criticado que Monedero se dedicase a la Guerra Civil antes que a hablar de los ERE-, Monedero subió hasta el lugar en el que se encontraba y le espetó un «vete de aquí, fascista, o vas a tener muchos problemas» acusándole de querer «reventar» el acto.
De acuerdo con lo señalado por Uclés, tras el altercado se le diagnosticó un «arrancamiento de inserción del tendón terminal del tercer dedo de la mano izquierda».
Infiltrados por interés
Más importante, de cara a la situación interna, han sido las palabras del eurodiputado Pablo Echenique, que estrenó con una entrevista la nueva aplicación creada por Podemos, Appgree.
Ante algunas preguntas, Echenique aseguró conocer de «primera mano» cómo algunas personas estaban entrando en Podemos «para buscar un asiento en los ayuntamientos».
La cuestión no es nueva, aunque no había sido planteada de forma tan abierta. Al entorno de la formación se han acercado, o han intentado hacerlo, gentes de la más curiosa procedencia, entre los que no han faltado, según ciertas fuentes, hasta personas que estuvieron vinculadas de forma reciente al Partido Popular.
A esto hay que añadir la permanente espada de Damocles de los trostkistas con los que se nutrió Podemos en sus inicios y que, gracias a su experiencia en el entrismo y a su mayor capacidad dialéctica, podrían haber tomado el control en algunos círculos.
Algo que causa desvelos en la cúpula nacional de Podemos, cuyo análisis es que se precisa una jerarquía clara para evitar el asambleísmo local que, a su juicio, fue una de las causas de disolución del 15-M.