En pleno estallido de un nuevo caso de corrupción en el clan de los Pujol, el de uno de sus hijos, Oleguer, llega a las librerías ‘La gran vergüenza, ascenso y caída del mito de Jordi Pujol’, un libro esencial para entender los entresijos del pujolismo.
Y si hay un autor que ha indagado a fondo en esta interesante figura política es Lluís Bassets, director adjunto del diario El País y responsable de la edición de este periódico en Barcelona, quien detalla en esta entrevista en Periodista Digital lo que ha sido la trayectoria política del presidente catalán y su posterior caída tras la confesión de haberle ocultado al fisco una importante fortuna.
El 25 de julio de 2014, el expresidente de la Generalitat Jordi Pujol confesó la existencia de una fortuna familiar, oculta en el extranjero durante 34 años y originada en la herencia de su padre, que los beneficiarios -su esposa, Marta, y sus siete hijos- no habían declarado porque «no hallaron el momento». Este libro parte de ese hecho, que ha extendido un sentimiento de decepción e incluso de vergüenza colectiva en un periodo clave para el futuro de Cataluña y España.
La confesión de Pujol aporta una luz nueva al balance hasta ahora espléndido de sus 23 años de Gobierno y al papel fundamental que jugó en la Transición. Pero además sitúa de nuevo en primer plano el caso de Banca Catalana, en el que el presidente catalán aprovechó la pérdida de la propiedad del banco para blindarse políticamente e inmunizarse frente a la oposición y los medios.
El escándalo de Pujol pone también de manifiesto defectos y disfunciones de la democracia española y de la sociedad catalana, que ha podido soportar esta larga historia gracias a las numerosas complicidades, silencios e inhibiciones de políticos, empresarios y medios de comunicación, en un contexto de crisis institucional y constitucional como el que ha abierto las puertas al proceso independentista.
La confesión del 25 de julio de 2014 ha desvelado una historia con ribetes de drama y de culebrón televisivo, pero su contenido profundo es trágico, como lo es siempre la historia del poder.
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La confesión del 25 de julio de Jordi Pujol produce una gran conmoción. Una persona que ha tenido tantas responsabilidades. de repente confiese que ha estado ocultando una fortuna al fisco durante tanto tiempo.
Ha sido un antifranquista y un demócrata que sufrió persecución, tortura y cárcel. El tenía esa doble posición. Por un lado, una persona del establishment financiero y burgués catalán, pero por el otro una persona que había demostrado con hechos su actitud de radical confrontación con el régimen. Pujol siempre tuvo una relación ambivalente
Pujol es una persona que maneja una gran cantidad de información y con una gran vocación de control social. Una vez, como jovencísimo periodista que yo era le fui a ver y me preguntó si yo era del Partido Comunista, algo que me ofendió y me sublevó, me pareció una impertinencia impropia de un demócrata.
El control que tenía Pujol de los medios, de la opinión, nunca ha sido completa, lo que sí es verdad es que ha tenido unos márgenes de acción excesivos que, además, yo creo que se concretan en una cuestión realmente perversa, que son 23 años de presidencia en Cataluña.
Que un presidente esté 23 años en el poder cuando además tiene una familia tan numerosa y con una vocación de hacer negocios con la administración tan intensa, yo creo que es un peligro público.
Lo de Banca Catalana es vital para entender la inmunidad de Pujol. Este caso, que se desarrolla en un clima político muy enrarecido, se convierte en la gran oportunidad política de Pujol para darle la vuelta a una situación perjudicial para él. A él le reprochan que es un banquero metido a político y esto, que es evidente, él lo convierte en un ataque del Gobierno central y del socialismo catalán.
El hecho que da la vuelta totalmente a la credibilidad de los planteamientos de Pujol es la confesión. Nosotros en El País publicamos y ordenamos todo lo que salió de la UDEF y se ve bien claro que prácticamente no hay nada documentado y lo que le da fuerza y convierte a este asunto en un caso es la confesión de parte que desinmuniza a Pujol.
La confesión de Pujol está rodeada de interrogantes respecto a la oportunidad, a la intención. Es probable que sea un inmenso error de cálculo del que sale malparado. Él cree que con acotar todo en un problema fiscal podrá encapsular todas las dificultades que tienen sus hijos.
Hay que tener en cuenta que Pujol es un señor muy mayor, aunque en la comparecencia parlamentaria fue el Pujol de siempre, con un extraordinario mal café. Lo que tengo la sensación de que tiene un desamparo familiar, lo hijos apenas han aparecido y el único que ha salido a dar la cara es el propio Pujol. Da la sensación de una dejadez, de abandono, de dejar que el viejo se apañe con sus asuntos.
El pujolismo tiene episodios lamentables, pero también cosas positivas y buenas. Ha habido un catalanismo pactista, que se responsabiliza de la gestión de la política española.
EL AUTOR
Lluís Bassets (Barcelona 1950) es periodista y ha ejercido la mayor parte de su vida profesional en el diario El País. Trabajó también en periódicos barceloneses, como Tele/eXpres y Diario de Barcelona, y en el semanario en lengua catalana El Món, que fundó y dirigió. Ha sido corresponsal en París y Bruselas y director de la edición catalana de El País. Actualmente es director adjunto del diario El País y responsable de la edición de este periódico en Barcelona.
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