Las negociaciones entre Ciudadanos y UPyD para explorar esa llamada tercera vía con la que competir de tú a tú contra el PP, Podemos y -en menor medida- el PSOE han terminado como el rosario de la aurora.
Con Albert Rivera llevándose un nuevo desengaño después de siete años cortejando a Rosa Díez y con ésta enfadada porque acusa a C´s de haber filtrado falsamente días atrás una alianza de ambos para las elecciones autonómicas y municipales.
En realidad, muchos dudan de que la líder de la formación magenta tuviera en algún momento intención llegar a un acuerdo con el catalán.
Más bien parece que accedió a sentarse a la misma mesa para zanjar la polémica surgida a raíz del paso al frente del eurodiputado Francisco Sosa Wagner, que se mostró partidario de una alianza. Y lo acabó pagando con el puesto: dimitió después de la feroz presión a la que se vio sometido durante semanas.
«Después de siete años intentando convencer a UPyD de la necesidad de un acuerdo creíamos que había llegado el momento, pero no ha sido posible», lamentó Rivera.
El líder de Ciudadanos hizo un llamamiento a los votantes de UPyD que «sí quieren sumar» para que apoyen un proyecto «común y viable» para España. El suyo. Incluso dos periodistas de cabecera de Rosa Díez como lo son Pedrojota Ramírez y Federico Jiménez Losantos le han insistido repetidamente en público en la conveniencia de sumar fuerzas con C´s.
Está claro que ambas partes salen perdiendo de este pacto fallido pero, ¿quién más? Atendiendo a los resultados de las elecciones europeas y al último CIS, mientras la progresión de Ciudadanos es ascendente la de UPyD es todo lo contrario.
En el último barómetro los de Rivera doblaban su resultado respecto al anterior hasta alcanzar el 2,1% en estimación de voto. Los de Díez se dejaron casi dos puntos, del 5,9% al 4,1%
