A la televisión voy a ganar en un debate político, en el que me importan una mierda mis adversarios
Un ex empleado de la agencia de detectives Método3, Julián Peribáñez, ha recogido en su libro, «Descubriendo el laberinto rojo», intervenciones inéditas de Pablo Iglesias, secretario general de Podemos.
En ellas, destaca la crítica al papel de las tertulias televisivas que hizo en el verano de 2013 en la charla de ‘Comunicación social y hegemonía política’ en la Universidad de Verano de Izquierda Anticapitalista.
Según él, en esos debates televisados «te quieren presentar poco menos que como un monstruo que forma parte del espectáculo». Insultó al director de Periodista Digital, Alfonso Rojo, llamándole «mercenario» y destacó que él no iba a la televisión a enfrentarse con nadie y sí «a ganar un debate político en el que me importan una mierda mis adversarios», decía con toda frialdad y cinismo.
En el turno de preguntas de los asistentes al taller de la IV Universidad de Verano de IA ofrecido por un Pablo Iglesias menos mediático en ese momento, del 30 de agosto de 2013, le cuestionaron si había peligro de que con su asistencia a las tertulias le equipararan como a «uno más» de esos participantes a ese «circo» televisivo.
El líder de Podemos, Pablo Iglesias, no tuvo reparos en criticar las tertulias:
Tú aceptas una invitación, un formato y unas reglas de debate que van en tu contra desde el principio y además tienes muy poco a favor. Te quieren presentar poco menos que como un monstruo que forma parte del espectáculo. Corres un enorme riesgo, de hecho no es casualidad que no seamos muchos los dispuestos a poner en juego nuestra imagen personal, prestándote a ir a un circo donde buena parte de los intervinientes ni si quiera se creen lo que dicen. Alfonso Rojo no es de derechas ni de izquierdas, es un mercenario.
Justificaba sus apariciones en televisión por ser una manera efectiva de hacer política comunicativa:
La política es correr riesgos o te pueden romper la boca. Si el planteamiento es «yo no voy a poner en juego mi dignidad personal, mi incapacidad intelectual, mi prestigio académico por someterme a un formato espectáculo en laSexta o Telecinco», entonces no hables de política comunicativa. Cinco minutos en laSexta tienen un efecto mil veces mayor que imprimir 8.000 panfletos.
En las que el enfrentamiento es parte de ese «espectáculo»:
Los directores de programas están encantados de que pierdas los nervios porque eso puede hacer que suba la audiencia.
Más tarde y ante otra de las preguntas de los partipantes al curso ‘Comunicación social y hegemonía política’, Iglesias siguió con sus críticas a los tertulianos. Y está vez dio más nombres propios aparte del de Alfonso Rojo:
Yo no voy a la televisión a enfrentarme teóricamente con nadie, voy a ganar, voy a ganar en un debate político, en el que me importan una mierda mis adversarios.
Yo no quiero convencer de nada ni a Alfonso Rojo, ni a la María ésta idiota que no sé ni quién es, ni al Marhuenda, ni a ningún otro, a mí lo que me interesa es que en última instancia eso deje algún poso en la gente que nos está escuchando, no es un honesto debate entre intelectuales.