El tuit del podemita Gerardo Pisarello (Barcelona en Comú), teniente de alcalde de Barcelona y hombre de confianza de Ada Colau, muestra donde está posicionada la izquierda extrema ante el ISIS: «Hollande responde a las muestras de solidaridad con más terrorismo desde el aire».
El Govern Hollande respon a les mostres de solidaritat i de condol amb més terrorisme des de l’aire. Un acte indecent que no resoldrà res.
— Gerardo Pisarello (@G_Pisarello) November 15, 2015
Es la evidencia de una izquierda que se esconde en el sentimentalismo populista para no dar la cara ante el terror. En el fondo ven a los carniceros islamistas como los desechos de una sociedad opulenta e injusta. Empeñados en desenterrar odios, detestan a Occidente casi tanto como los matarifes del Estado Islámico aunque por otras razones.
Para la izquierda podemita los terroristas son «jóvenes descarriados a los que nadie ha instruido con las bondades del pacifismo que Iglesias predica», como les ha endosado ABC. De ahí que el discurso de Hollande haya triturado las veleidades pacifistas de Podemos: ante la barbarie, combate y orgullo. Han quedado fuera de juego y fuera de Europa. Están acostumbrados a jugar a la contra, a la desobediencia y se pierden a la hora de hacer frente a un enemigo en común.
Pisarello es un ejemplo. Como jurista ha sido uno de los encargados de proveer a Ada Colau del armazón de la ingeniería legal para proteger al okupa y fomentar el escrache. ¡Desobedecer es un derecho y un deber! Es Pisarello el que le susurra a Colau: «Los derechos no pueden dejarse en manos de los jueces. Si se deja todo en manos de los jueces estamos perdidos».
Y Colau se entrega a ellos porque sus argumentos legales justifican todos sus actos vandálicos. Colau a El País: «Desobedeceremos las leyes que nos parezcan injustas». Su recetario antisistema se resume en la obra de Naomí Klein: «Nos están inoculando el miedo a través de la bestia [la bestia es el Estado de Derecho] y debemos crear espacios de contrapoder y resistencia para que el miedo cambie de bando». —Ada Colau: “Desobedeceremos las leyes que nos parezcan injustas”—
Si Iglesias queda fuera de juego cantando ‘Imagine’ a lo Yoko Ono mientras se descuelga del pacto antiyihadista no es solo por sus hipotecas ideológicas con Irán y Venezuela sino porque ellos han llegado hasta aquí defendiendo insensateces tales como que la «Ley de partidos es fruto de una política terrorista basada en la venganza». —¿Quién será la ministra de Exteriores de Podemos? ¿Angelina Jolie?—
¿Cómo vamos a exigirles a la izquierda radical que se una a la defensa de Europa si el biotipo podemita defiende que hay demasiados policías «porque el sistema nos quiere inocular miedo»? Ya lo dijo Pablo Iglesias: «No puedo dejar de emocionarme cuando le parten la cresta a un policía». Si detestan a la policía, ¿se los imaginan a los mandos del Ejército?
No contemos con ellos para destruir al ISIS. Ellos están a sus cosas: el odio a Israel (los tuits de Zapata), la persecución a la Iglesia (¿para cuando el asalto a una mezquita, Rita Maestre?), el apoyo a Otegui y los presos etarras, la contaminación, las bicis y el desprecio a Leopoldo López. Lo demás es «pura venganza».
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